La historia de «Divermente» comenzó mucho antes de que Jarit Montaña y Melanie García imaginaran subirse al podio de Barranqueros UTP 2025. Ambas estudiantes del programa de Ciencias del Deporte y la Recreación de la Universidad Tecnológica de Pereira compartían algo más que clases y trabajos: una profunda vocación por enseñar y transformar realidades.






“Soy una persona enamorada de enseñar”, menciona Jarit con una sonrisa, al recordar cómo su paso por la carrera le ayudó a entender que la educación no solo se imparte en las aulas, sino también desde la empatía. Su sensibilidad y amor por el aprendizaje la llevaron, junto a una compañera, a fundar UTP Neurodivergente, un proyecto universitario que buscaba acompañar a personas dentro del espectro autista y con otras condiciones de neurodivergencia en su integración académica y social.
meses después, esta iniciativa fue la semilla que ayudó a crear la idea de “Divermente”, un emprendimiento que busca sensibilizar y educar sobre la neurodiversidad, no solo dentro de la universidad, sino también en empresas, instituciones educativas y familias, “con Divermente queremos generar representación de los chicos autistas, con TDAH o con cualquier tipo de condición neurodivergente… Primero hay que sensibilizar para poder hacer un cambio”, explica Montaña.
El impulso para participar en Barranqueros UTP surgió casi por casualidad, “ni siquiera lo habíamos analizado, vimos el post y dijimos: ‘chévere’, pero no esperábamos ganar nada”, recuerda Jarid. Sin embargo, la historia tomó un rumbo diferente cuando fueron llamadas para anunciarles que habían obtenido el segundo puesto en la categoría Polluelos, reconocimiento que marcó un momento muy importante en este camino, “lo tomamos como un gran impulso, una motivación enorme. Ahora sí, hay que comenzar con toda”, afirma Jarit, quien junto a Melanie ya trabaja en fortalecer la presencia del proyecto en redes sociales y ampliar su alcance.



Más allá del premio, el valor de Divermente radica en su propósito. Jarit, diagnosticada con autismo de grado uno a los 19 años, conoce de cerca los retos que enfrentan muchas personas neurodivergentes al integrarse a entornos académicos y laborales, “cuando un chico entra a la universidad y no reconoce el espacio, puede haber una crisis. Ahí entraría Divermente: para acompañar, mostrar estrategias y demostrar que exponerse hace que las habilidades crezcan”, destaca Montaña, añadiendo que el espectro no es una limitación, sino una paleta de colores, “el espectro es una tabla de colores, y cada quien se pinta de la forma que desea. Hay muchas formas de crecer y de generar bienestar en nuestras familias”.
Actualmente, Divermente busca alianzas con empresas, centros familiares y entidades educativas que deseen formarse en inclusión y neurodiversidad. Además, continúa consolidando su comunidad digital, donde comparte contenidos de sensibilización, formación y experiencias de vida.
Quienes deseen conocer más sobre este inspirador proyecto pueden encontrarlos en Instagram como @divermentes, un espacio que, como dice su creadora, “nace para acompañar y visibilizar, para recordar que nadie está solo en su proceso”.








