El jueves 16 de octubre, la Universidad de Antioquia fue escenario del Seminario sobre convivencia en las universidades públicas, un espacio convocado por la Mesa de Gobernabilidad y Paz del Sistema Universitario Estatal (SUE) para seguir tejiendo conversaciones sobre cómo habitamos lo público dentro de las instituciones de educación superior.

En este encuentro, representantes de distintas universidades del país se reunieron para hablar, sin rodeos, de lo que muchas veces se siente, pero no se dice: las tensiones que atraviesan la vida universitaria. Tensiones que nacen del desconocimiento del otro, de la desconfianza y de una cultura política polarizada que, a veces, nos lleva a creer que solo hay una manera válida de pensar o actuar.

La Mesa de Gobernabilidad y Paz, que desde 2024 viene impulsando un proceso participativo en torno a la convivencia universitaria, busca justamente lo contrario: abrir espacios para el diálogo, el reconocimiento y la diferencia. Desde allí se han venido explorando dimensiones como el uso compartido del espacio, la democracia, la violencia política, las relaciones interpersonales y las violencias basadas en género.

Durante la jornada se desarrollaron tres mesas de trabajo: Violencias basadas en género, Democracia, paz y violencia política, y Sentido de lo público y ethos universitario, cada una con la tarea de aportar miradas diversas a un mismo propósito: construir universidades más justas, seguras y humanas.

El seminario permitió compartir experiencias y aprendizajes recogidos en distintas instituciones, retomando algunas conclusiones del encuentro realizado en 2024 en la Universidad Tecnológica de Pereira. De esa memoria colectiva surgieron nuevas preguntas y compromisos para fortalecer la convivencia en los campus.

Uno de los temas más mencionados fue el valor de lo público: no solo los bienes materiales o los recursos de las universidades, sino también aquello intangible que les da sentido —el conocimiento, la pluralidad, el pensamiento crítico—. Defender lo público, se dijo, es también defender la diversidad y la cultura democrática.

Las universidades públicas, en ese sentido, son territorios donde se aprende a convivir con las diferencias. Allí se cruzan ideas, realidades y modos de ver el mundo, y en esa mezcla está su mayor riqueza. Sin embargo, el desafío está en lograr que esos encuentros no se conviertan en choques, sino en oportunidades para reconocernos.

El diálogo fue otro de los llamados centrales del encuentro. Hablar, escuchar y volver a hablar. No para ganar una discusión, sino para entenderse. Se insistió en la importancia de buscar acuerdos, cumplirlos y así reconstruir la confianza que, en muchos lugares, parece desgastada.

Entre las recomendaciones finales, surgió una imagen poderosa: reivindicar el aula como el lugar supremo para el diálogo. Allí donde empezó todo, la palabra, la escucha y el pensamiento puede también empezar la paz.

La Mesa de Gobernabilidad y Paz espera que las reflexiones de este encuentro sigan alimentando la construcción de universidades públicas como verdaderos territorios de paz, donde la convivencia no sea un ideal lejano, sino una práctica cotidiana.