Después de seis años sin realizarse en Pereira, vuelve el proyecto Círculo Virtuoso, esta vez desde los municipios de Apía y Santuario, donde 614 niños y sus familias son los protagonistas de una estrategia que ha demostrado tener un profundo impacto en la niñez y la transformación social.

Este proyecto, comenzó a gestarse desde el año 2011 como una iniciativa de Sociedad en Movimiento, y a lo largo de los años, ha beneficiado a más de 10.000 niños en Pereira, gracias a un modelo de intervención integral que articula tres componentes clave: pedagógico, salud sensorial y psicosocial.
“El Círculo Virtuoso es una estrategia de formación complementaria que surgió desde Sociedad en Movimiento. En Pereira se hicieron nueve versiones hasta 2019”, menciona Daladier Méndez Ramírez, coordinador de Sociedad en Movimiento, quien además explicó que el proyecto está en pausa en Pereira, debido a que no se tuvo apoyo de las dos últimas administraciones.
Pero, para este año, Círculo Virtuoso, “ha sido posible gracias al respaldo del gobernador de Risaralda, Juan Diego Patiño Ochoa, él nos dijo: Yo quiero que hagamos el Círculo Virtuoso”. La versión actual ha sido denominada «Círculo Virtuoso: Forjando Genios» y se implementa como pilotaje de cuatro meses en tres instituciones educativas: Instituto Santuario, María Auxiliadora de Santuario y Santo Tomás de Aquino de Apía.
SUEJE y la Universidad Tecnológica de Pereira, junto con otras seis universidades: la Universidad Libre, la Universidad de las Américas, la CIAF, la Universidad Andina, la Universidad Cooperativa y la Unisarc; además, de dos organizaciones como YMCA Risaralda y la Fundación Canto de Cigarra, hacen parte de este trabajo articulado que cuenta con una inversión de 300 millones de pesos de la Gobernación. El objetivo es claro: ofrecer oportunidades educativas, de salud y apoyo familiar a niños de sectores vulnerables.
“Este proyecto tiene un alto impacto social a corto plazo, y económico a largo plazo… Estamos formando niños con mejores capacidades, con otra visión del mundo, niños que pueden romper sus cadenas a través de la educación”, enfatiza Méndez.
Es importante resaltar que el componente pedagógico de esta iniciativa ofrece formación en bilingüismo, pensamiento científico y creativo, robótica y apropiación del territorio. En el área de salud sensorial, los niños reciben valoraciones en odontología, optometría y audición, asegurando condiciones óptimas para su desarrollo. Finalmente, el componente psicosocial trabaja con las familias para asegurar un entorno que potencie el aprendizaje. “No basta con enseñarle al niño que puede cambiar su vida si en casa le dicen que estudiar no sirve. Por eso también intervenimos en los entornos familiares”, añade el coordinador de Sociedad en Movimiento.
Los resultados del pilotaje actual se presentarán en diciembre de este año, con la expectativa de ampliar la cobertura a más municipios del departamento en 2026. Lo cierto es que este proyecto ya ha dejado una huella en Risaralda, y su expansión promete seguir transformando vidas desde la raíz: la infancia.