El Paisaje Cultural Cafetero (PCC) de Colombia fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO debido a su valor universal excepcional. Esta categoría reconoce territorios únicos que representan tradiciones vivas, expresiones culturales profundas y formas de vida en armonía con su entorno. El PCC destaca por ser un ejemplo sobresaliente de ocupación humana tradicional y de uso sostenible de la tierra, expresado en una cultura cafetera arraigada, un capital social robusto y una combinación única entre tradición y tecnología.

Este territorio abarca 51 municipios de los departamentos de Caldas, Quindío, Risaralda y Valle del Cauca, donde se vive una historia colectiva en torno a la producción de café de alta calidad. Con el objetivo de preservar estos valores en un contexto cambiante, el Comité Técnico Nacional del PCC, avanza en un proceso de revisión y ajuste del Plan de Manejo del PCC, documento base que orienta su sostenibilidad.

El Plan original, enviado a la UNESCO en 2009, fue estructurado alrededor de cuatro valores fundamentales, 16 atributos específicos y diversos programas estratégicos. Sin embargo, los cambios sociales, económicos, ambientales y culturales de los últimos años han hecho evidente la necesidad de actualizar este instrumento de planificación. Por ello, desde 2017 se dio inicio a una primera revisión, y actualmente se desarrolla una nueva etapa más profunda de ajuste.

Óscar Arango Gaviria, docente de la Universidad Tecnológica de Pereira y coordinador del Sistema Universitario del Eje Cafetero, SUEJE, destaca la relevancia del proceso: “dado los cambios que se han producido en estos 51 municipios que componen el PCC, se adelanta un proceso orientado a obtener una nueva revisión y ajuste del Plan de Manejo. Se viene trabajando con fundamento en la metodología de la matriz DOFA aplicada a cada uno de los cuatro valores y se espera concertar un conjunto de nuevas estrategias que permitan enfrentar de mejor manera los retos y desafíos de la sostenibilidad de este paisaje”, menciona.

SUEJE, como parte del Comité Técnico Nacional del Paisaje Cultural Cafetero, juega un rol clave en este proceso, aportando desde la academia a la reflexión y construcción colectiva del nuevo plan. De hecho, la UTP ha tenido un papel protagónico en la coordinación académica de los encuentros interinstitucionales realizados durante los últimos cuatro meses.

Las mesas de trabajo, que han reunido a actores del sector público, privado, académico y comunitario, se han centrado en los valores que le dan autenticidad al Paisaje Cultural Cafetero: el esfuerzo humano y generacional, la cultura cafetera como identidad global, el capital social institucional y la articulación entre tradición y tecnología.

“Esperamos que al terminar el año se le pueda entregar a la UNESCO un nuevo plan de manejo, más pertinente, más participativo y más eficaz para afrontar los retos actuales”, concluye Arango. Este es un esfuerzo conjunto, que reafirma el compromiso con la preservación del Paisaje Cultural Cafetero, no solo como un legado para las futuras generaciones, sino como un modelo de sostenibilidad que inspira al mundo.