Con apenas 22 años, José Julián Bueno Manzo, estudiante de la Universidad Tecnológica de Pereira, ha encontrado en el arte no solo una vocación, sino un camino de vida que lo inspira y lo proyecta.

Nacido en Quinchía y radicado actualmente en Pereira, José Julián es el menor de cuatro hermanos y desde muy pequeño descubrió su gusto por los lápices y los colores. En gran medida, esa pasión nació gracias a su mamá, quien elaboraba carteleras y manualidades que él intentaba replicar en su niñez, encontrando allí su primera motivación. Desde entonces, el arte se convirtió en su mejor compañía y en una brújula que le abrió horizontes de aprendizaje.

Su talento ha trascendido fronteras locales, con siete concursos municipales y dos departamentales ganados, además de múltiples murales que llevan su firma tanto en Quinchía como en Pereira, en instituciones educativas y en espacios urbanos que hoy dan testimonio de su creatividad. Esa misma pasión lo llevó a ser emprendedor desde muy joven, orientando clases de dibujo en el colegio y logrando el reconocimiento de diferentes empresas que han visto en su obra un reflejo de dedicación y sensibilidad.

Para él, la experiencia en la UTP ha sido profundamente significativa. Aunque al principio adaptarse a una nueva ciudad, a nuevos compañeros y a un entorno diferente representó un reto, pronto encontró en las clases un espacio familiar en el que pudo crecer y fortalecer sus conocimientos. “Aquí he encontrado aprendizajes que van más allá del lienzo, porque el arte no solo es crear imágenes, es también construir pensamientos, transformar entornos y conectar con las personas”, expresó José Julián.

Entre los proyectos más significativos que ha desarrollado recuerda un mural en su municipio natal, inspirado en la naturaleza y el cerro de Quinchía, que se convirtió en un punto de reconocimiento regional y un impulso para seguir proyectándose a través del arte.

El mensaje que busca transmitir con su trabajo es claro, mostrar a los jóvenes que el arte es una alternativa sana, educativa y transparente. Su visión de futuro está marcada por la docencia, un camino que le apasiona y en el que se proyecta en los próximos años, ya sea en un colegio o en la misma universidad.

Hoy, este joven artista ve en cada trazo una oportunidad para contar historias y en cada mural una posibilidad de dejar huella en quienes lo observan. Su camino apenas comienza, pero su convicción y talento demuestran que el arte, más que una carrera, es para él una manera de vivir y de inspirar a otros.