Con el objetivo de promover una ciudadanía ambientalmente consciente y empoderada, el Centro de Ciencia en Biodiversidad de Risaralda (CIBI) desarrolló entre el 19 y el 22 de agosto una jornada intensiva de actividades pedagógicas, científicas y comunitarias en el corregimiento de Santa Cecilia, municipio de Pueblo Rico. La iniciativa busca fortalecer el vínculo entre las comunidades locales y su entorno natural, mediante procesos de apropiación del conocimiento en territorios con alta riqueza biológica y cultural.

Ubicada en la transición entre los Andes y el Chocó biogeográfico, Santa Cecilia es considerada una joya ecológica de Colombia. Su ecosistema, de selva húmeda tropical, alberga una biodiversidad extraordinaria, incluyendo especies endémicas de flora y fauna que hoy enfrentan amenazas como la deforestación y el cambio climático. A su vez, esta región es hogar de comunidades negras e indígenas que han convivido históricamente con este entorno, desarrollando saberes tradicionales valiosos para la conservación.

Durante los cuatro días de trabajo, el equipo interdisciplinario del CIBI —compuesto por biólogos, ecólogos, educadores y comunicadores— lideró una serie de charlas y recorridos con estudiantes, docentes, líderes comunitarios y autoridades locales. Entre estas actividades se destacó una charla en la Institución Educativa Agroambiental Pio XII, donde se abordaron temáticas relacionadas con la biodiversidad en general y en especial la del territorio, el rol de la juventud en la conservación y la importancia de integrar el conocimiento científico.

Actividades se centraron en temas como:
- Identificación de especies emblemáticas de la región.
- Importancia ecológica y funciones de los ecosistemas locales.
- Riesgos ambientales actuales y soluciones basadas en la naturaleza.
- Relación entre biodiversidad, cultura y bienestar comunitario.
- Metodologías para la ciencia participativa y el monitoreo comunitario.
“Nuestro enfoque va más allá de la divulgación científica. Buscamos que las comunidades comprendan, se apropien y lideren procesos de conservación desde sus propios saberes y contextos. Santa Cecilia no solo alberga una biodiversidad excepcional, sino también un conocimiento ancestral que debemos reconocer y articular con la ciencia contemporánea”, afirmó la Doctora Luz Elena Muñoz, asesora Científica del CIBI.
El equipo también realizó una prospección preliminar de especies en la zona de amortiguación del Parque Nacional Natural Tatamá, con el fin de documentar la biodiversidad local e identificar oportunidades para investigaciones colaborativas en educación ambiental y un ecoturismo responsable.

Esta intervención hace parte de una estrategia territorial del CIBI para impulsar procesos de apropiación social del conocimiento en los municipios biodiversos de Risaralda, articulando ciencia, educación y comunidad. Se proyecta que en los próximos meses continúen las visitas para la consolidación de redes escolares y la formación de líderes comunitarios en biodiversidad.