Cuando Juan Pablo Hidalgo López dejó su hogar en Ipiales, Nariño, tenía clara su meta: estudiar Ingeniería Industrial. Ante la ausencia de oferta pública en su región, decidió trasladarse a Pereira, motivado por la calidad académica de la Universidad Tecnológica de Pereira y el reconocimiento de sus grupos de investigación. Fue así como, sin saberlo, encontró un segundo hogar en el Grupo en la Enseñanza de la Investigación de Operaciones (GEIO), espacio que transformó su visión del aprendizaje.



“Cuando llegué, me recibió un mundo nuevo. No conocía a nadie, estaba lejos de mi familia, pero pronto me di cuenta de que aquí había un lugar para mí”, recuerda Juan Pablo.
GEIO: un grupo que convierte la investigación en una experiencia lúdica
El GEIO surgió con el propósito de facilitar el acceso al conocimiento técnico y matemático. Inicialmente centrado en la investigación de operaciones, con el tiempo ha incorporado metodologías lúdicas y didácticas para el aprendizaje, promoviendo una experiencia formativa diferente.
“Buscamos formas divertidas de entender temas complejos. Muchas veces en clase los conceptos son difíciles de digerir, pero aquí, al jugar y experimentar, todo cobra sentido”, explica Juan Pablo.
El grupo organiza sus actividades en torno a diversas líneas de investigación: administración, gestión ambiental, producción y logística. En su quinto semestre, Juan Pablo decidió reintegrarse al grupo y asumir el liderazgo de la línea de producción, a pesar de no haber cursado aún la asignatura formalmente.
“Todavía no he visto producción en mi pensum, pero al estar aquí ya tengo bases sólidas. Cuando llegue a la clase, tendré ventaja porque ya lo trabajé en el grupo”, afirma con seguridad.
Aprendizaje significativo y conexión con la comunidad
Cada encuentro en GEIO es una oportunidad para aprender de forma significativa. En un laboratorio dotado con herramientas modernas, los estudiantes diseñan dinámicas educativas y desarrollan productos innovadores, fortaleciendo los conocimientos adquiridos en el aula.
“En el laboratorio, los conceptos que vemos en clase se transforman. Recuerdo una materia en la que me costaba entender ciertos temas, pero como ya los había explorado en el grupo de una manera más interactiva, todo tuvo sentido”, comenta Juan Pablo.
Además de su crecimiento académico, pertenecer a GEIO ha sido clave para su integración a la comunidad universitaria. Aunque la distancia con su familia sigue siendo un desafío, ahora se siente parte de un entorno que lo apoya y lo inspira: “El grupo me ha dado un lugar aquí. No solo aprendo, sino que también conecto con personas que comparten mis intereses”.
Proyección más allá del aula
Recientemente, GEIO participó en un encuentro de la Red Ideal, donde diversos laboratorios universitarios comparten experiencias y proyectos. Juan Pablo representó al grupo como ponente, presentando el trabajo de la línea de producción.
“Fue una experiencia enriquecedora. Conocí cómo trabajan en otras universidades, hice contactos con profesores y estudiantes, y me di cuenta del potencial de nuestro grupo. Estos espacios pueden marcar la diferencia cuando llegue el momento de buscar empleo”, reflexiona.
GEIO es, para sus integrantes, más que un grupo de investigación: es un espacio de crecimiento, colaboración y pertenencia. A través de iniciativas como esta, la Universidad Tecnológica de Pereira continúa fortaleciendo su compromiso con la formación integral, impulsando el desarrollo de profesionales con creatividad, innovación y sentido humano.