Proyecto del Tecnológico de Antioquia busca involucrar a la comunidad en la protección de esta especie en estado crítico de extinción.

En el Jardín Botánico de la Universidad Tecnológica de Pereira (UTP) se llevó a cabo un encuentro clave para la conservación de la Magnolia wolfii, una especie arbórea en estado crítico de extinción que solo se encuentra en Risaralda. La reunión convocó a representantes de organizaciones locales y fue liderada por la investigadora Marcela Serna González, del Tecnológico de Antioquia, quien encabeza el proyecto de investigación “Biología Reproductiva de Magnolia wolfii”.

“Este proyecto nos trajo hoy a Pereira porque la CARDER amablemente nos facilita un espacio para hablar con ellos y presentarles este proyecto que es específicamente sobre la biología reproductiva de esta especie”, explicó Serna durante el evento.

La investigación, que apenas comienza, busca generar alianzas estratégicas en el territorio.

“La reunión de hoy es prácticamente para hacer la presentación del proyecto y ver posibles alianzas con organizaciones locales para ver cómo podemos trabajar conjuntamente por la conservación de esta especie”, agregó.

Hasta ahora se han identificado ejemplares en los municipios de Marsella y Santa Rosa de Cabal, y se han iniciado observaciones sobre sus polinizadores. “Estamos tratando de conocer sus polinizadores y ver cómo podemos establecer algunos experimentos de polinización”, señaló la investigadora.

Colombia es el país con mayor número de especies de magnolia en Sudamérica, con 42 especies registradas. En Risaralda, Magnolia wolfii se encuentra en la categoría más alta de amenaza. “Por eso esta especie es más prioritaria que las otras, aunque haya otras especies en la región”, explicó Serna, destacando la urgencia del trabajo.

El proyecto es liderado y financiado por el Tecnológico de Antioquia a través de su comité de investigación. “El año pasado se presentaron cerca de 160 proyectos, nuestro proyecto fue escogido y favorecido y por eso tiene esta financiación”, comentó Serna. En la región, organizaciones como Fecomar, la CARDER y el Jardín Botánico de la UTP ya se han sumado a esta iniciativa.

Una de las metas centrales es involucrar a la comunidad mediante un programa de ciencia ciudadana. “Queremos que la gente conozca la especie, que se encargue de monitorear, de conocer, de reproducirla para sacarla de esa categoría de extinción”, expresó la investigadora. Dada la dificultad para identificar la Magnolia wolfii, se busca capacitar a los habitantes de la región.

“Ya el hecho de que se encuentre un árbol, ya eso es una información supervaliosa, porque quiere decir que está aumentando el número de árboles maduros”, señaló. La especie se adapta a zonas entre 1.800 y 2.200 metros de altitud, como las que ocupan los cafetales. “Parece ser que la tucaneta dispersa la semilla y que está asociada con escarabajos especializados como polinizadores”, indicó Serna. Sin estos insectos, el árbol no logra producir semillas viables.

Además del valor ecológico, la especie tiene un vínculo cultural. “El fruto forma como un molinillo y ese molinillo se usa para batir el chocolate. Tal vez nuestros abuelos conozcan la especie por eso”, compartió la investigadora, haciendo referencia al uso tradicional de la madera.

El componente social del proyecto está siendo trabajado. “Aquí hay una cultura del café y del turismo cafetero. Qué bueno contarle a la gente que además del café hay un montón de diversidad, incluidas especies como estas que están por desaparecer”, señaló.

Finalmente, Serna subrayó la importancia de la apropiación comunitaria. “Nos gustaría mucho que la comunidad se apropie y trabaje en pro de esta especie. Nosotros somos una institución universitaria en Medellín, estamos aquí de paso, pero el compromiso debe quedar en el territorio”, concluyó.

El encuentro en el Jardín Botánico de la UTP fue un paso decisivo para tejer alianzas regionales y fortalecer el compromiso colectivo con la biodiversidad del territorio risaraldense.