La Universidad Tecnológica de Pereira (UTP) ha sido el eje central en la vida de Viviana Marcela Carmona, una mujer que, desde temprana edad, combinó el trabajo con el estudio y que hoy ocupa un puesto estratégico en la Oficina de Planeación de la institución. Su historia es un testimonio de superación y del impacto que tiene la educación en la vida de quienes, como ella, enfrentan barreras económicas para acceder a la formación superior.











Un impulso clave para cambiar su futuro
Desde niña, Viviana Marcela destacó académicamente, pero en su entorno familiar predominaba la idea de que la universidad era solo para quienes tenían solvencia económica. Sin embargo, un consejo cambió su rumbo: Leonel Arias, hoy decano de la Facultad de Ciencias Empresariales de la UTP, la motivó a no dejar pasar la oportunidad de estudiar y le presentó la opción de la Jornada Especial, un programa diseñado para que las personas puedan trabajar en el día y asistir a clases en la noche.
Este fue el punto de partida para que ingresara a la carrera de Ingeniería Industrial, marcando el inicio de una transformación personal y profesional.
Un camino forjado con trabajo y determinación
Antes de ingresar a la universidad, Viviana Marcela había iniciado su vida laboral a los 16 años, desempeñándose en distintos oficios. Su primer empleo fue en Termales de Santa Rosa de Cabal, donde comenzó en servicios generales y, con el tiempo, ascendió a diferentes roles hasta llegar al autoservicio. También trabajó en una video tienda de alquiler de películas y en un taller de fabricación de calzado, donde aprendió sobre el proceso de producción hasta la exhibición en vitrinas. Estas experiencias le permitieron comprender el valor del estudio y la importancia de abrirse nuevas oportunidades a través de la educación.
“Hoy agradezco que la Universidad cuente con programas como la Jornada Especial, porque nos permiten a quienes debemos trabajar, la posibilidad de estudiar al mismo tiempo. Es un esfuerzo grande, pero que se ve compensado en el futuro”, reconoce Viviana Marcela.
Gracias a su formación universitaria, logró nuevas oportunidades laborales. Durante su etapa como estudiante, trabajó en la Contraloría Municipal de Pereira y posteriormente ingresó a la Universidad Tecnológica de Pereira como contratista. En 2014, participó en un concurso para una posición administrativa transitoria en la UTP, la cual ganó. Hoy, ocupa el cargo de Gerente del Plan de Desarrollo de la universidad.
La formación como motor de crecimiento
Para Viviana Marcela, la educación no se detuvo en el pregrado. Consciente de la importancia de seguir preparándose, continuó su formación en la UTP, obteniendo los títulos de Magister en Administración Financiera y Especialista en Finanzas de la Universidad de EAFIT y Especialista en Gerencia de Proyectos de la UTP. Este proceso ha sido clave para su crecimiento profesional y para asumir nuevos retos dentro de la institución.
Más que una universidad, un espacio de transformación personal
La UTP no solo le brindó oportunidades académicas y laborales, sino que también se convirtió en el escenario donde encontró el amor. En la universidad, conoció a su esposo y juntos han construido una familia.
“Ya llevamos 12 años juntos, tres de ellos casados, y ahora con Maximiliano, nuestro hijo de un año, quien ha sido una gran bendición”, comparte con emoción.
El impacto de su crecimiento no ha sido solo personal. Su esfuerzo y dedicación han permitido mejorar la calidad de vida de su madre y hermanos, demostrando que la educación transforma no solo a quienes la reciben, sino también a su entorno.
Principios que han guiado su camino
A lo largo de su trayectoria, Viviana Marcela Carmona ha construido su éxito sobre una base sólida de valores que han marcado cada paso de su vida profesional y personal. La responsabilidad ha sido un pilar fundamental, permitiéndole asumir cada reto con compromiso y disciplina. La lealtad hacia sus principios y hacia las personas que han sido parte de su camino le ha dado estabilidad y confianza en su crecimiento.
El respeto por los demás ha sido una constante en su manera de trabajar e interactuar, fomentando relaciones basadas en la empatía y la colaboración. Asimismo, la confianza en sí misma y en sus capacidades le ha permitido superar obstáculos y asumir nuevos desafíos con determinación. Finalmente, la actualización constante en su campo profesional ha sido clave para mantenerse vigente en un entorno en constante evolución, consolidando su perfil como una profesional preparada y en continuo aprendizaje.
“Llevar la vida con estos principios me ha permitido estar donde estoy hoy. Creo que cuando uno hace las cosas bien, con ética, transparencia y desde el corazón, la vida retribuye ese esfuerzo”, afirma con convicción.
Su historia es un ejemplo inspirador para las nuevas generaciones de la UTP, demostrando que la educación, combinada con esfuerzo y determinación, puede abrir puertas, transformar vidas y cambiar destinos.