Rubén Darío Marín Batero ha culminado un camino que comenzó hace más de una década. Ingeniero en Sistemas y Computación de la Universidad Tecnológica de Pereira (UTP), hoy celebra con orgullo la obtención de su título de Magíster en Ingeniería de Sistemas y Computación, un logro que representa no sólo la consolidación de conocimientos, sino también un testimonio de perseverancia y dedicación.
Rubén siempre tuvo claro su interés: profundizar en el lado técnico de la ingeniería, especialmente en el desarrollo de software. Ese interés fue lo que lo impulsó a tomar la decisión de iniciar la maestría, apoyado además por su rol laboral en la División de Sistemas de la UTP. Sin embargo, los caminos no siempre son lineales. Aunque comenzó su posgrado hace más de 12 años, las circunstancias hicieron que el proceso se detuviera temporalmente. Fue en 2024, con el respaldo de su compañero de grado y el profesor Julián David Echeverry, cuando Rubén logró retomar el proyecto y llevarlo a buen puerto.
“Fue el profesor Julián quien creyó en el proyecto y nos encauzó nuevamente hacia la meta. Él nos brindó la estructura y el apoyo necesario para que lográramos este objetivo”, comenta con gratitud.
Un proyecto con inteligencia artificial
El trabajo de grado que finalmente le otorgó el título aborda una temática actual y relevante: la aplicación de técnicas de machine learning, una rama de la inteligencia artificial, para analizar datos históricos y realizar predicciones en el mercado de divisas (Forex). “Fue un reto fascinante porque combina el análisis de datos, la predicción y todo ese lado técnico que me apasiona”, explica Rubén con entusiasmo.
El acompañamiento de los profesores y el acceso a la infraestructura de la universidad fueron factores determinantes. “Estar vinculado laboralmente a la UTP me permitió estar cerca de la facultad y del ambiente académico, algo que facilitó mucho mi proceso”, añade.
Más que un título: una meta personal cumplida
Para Rubén, la obtención de este título significa mucho más que un logro académico. “Sentí una gran tranquilidad al cumplir una meta pendiente. Terminar algo que había quedado inconcluso me llena de satisfacción personal”, confiesa emocionado. Este logro, además, tiene un significado especial para su familia, en particular para su madre, quien lo acompaña en esta ceremonia junto a su esposa. “Ella estaba muy emocionada porque en nuestra familia no hay magísteres, y eso le daba aún más ilusión”, relata con orgullo.
Rubén no duda en recomendar continuar con la formación académica, aunque con una advertencia: “Hoy en día, con un mundo tan cambiante, hay que hacer un examen de conciencia y un análisis del mercado laboral. Si las metas son más comerciales, hay que buscar algo que dé beneficios en menor tiempo. Pero si el objetivo es la academia, una maestría es una excelente opción”.
Si bien, por ahora, no planea iniciar un nuevo posgrado, su pasión por la tecnología lo lleva a mantenerse actualizado en temas técnicos puntuales. “Quiero seguir aprendiendo, pero de momento no me planteo otro estudio grande como una maestría”, aclara.
Rubén Darío Marín Batero es un ejemplo de resiliencia y compromiso. Su historia demuestra que no importa cuánto tiempo pase, las metas personales y académicas pueden cumplirse con determinación y disciplina. Hoy, al recibir su título como Magíster en Ingeniería de Sistemas y Computación, Rubén no solo celebra un logro profesional, sino también la culminación de un sueño que, aunque tardó, llegó para quedarse.