La medición del riesgo psicosocial por parte de la UTP ha permitido identificar las características del liderazgo y las relaciones sociales como dos temas a los que hay que prestar especial atención determinar el bienestar y la salud mental de los colaboradores.

Claudia Ardila
Claudia Ardila

El liderazgo es un tema que ha sido ampliamente discutido y definido por numerosos autores y expertos. Sin embargo, más allá de las definiciones y tendencias, el liderazgo es fundamentalmente una habilidad que puede ser desarrollada por cualquier persona, independientemente de su rol o posición jerárquica.

Es por esto que al evaluar la batería de riesgo psicosocial, un trabajo juicioso que se lidera desde el área de Gestión del Talento Humano en la UTP con el fin de acompañar los procesos de bienestar de la Universidad, se ha identificado que trabajar en la capacitación, entrenamiento y perfeccionamiento de la habilidad del liderazgo, puede llegar a mejorar la manera como se sienten los colaboradores en la institución.

Recordemos que la batería de riesgo psicosocial evalúa varias dimensiones relacionadas con el liderazgo, incluyendo el estilo de liderazgo, la comunicación y la retroalimentación. Estas dimensiones son clave para determinar cómo el líder influye en el bienestar y la salud mental de sus colaboradores.

De acuerdo con la experta psicóloga y coach Sandra Franco, quien a su vez se desempeña como facilitadora de procesos dentro de la Universidad, “el liderazgo no se limita a los jefes o líderes formales, sino que puede estar presente en cualquier miembro de un equipo de trabajo. Esto se debe a que el liderazgo es una habilidad que se puede desarrollar y perfeccionar con el tiempo y la práctica. Una de las definiciones más interesantes del liderazgo es la que sugiere que un líder debe ser capaz de liderar su propia vida antes de poder liderar a otros. Esto implica que el liderazgo comienza con la capacidad de tomar control de uno mismo, de desarrollar habilidades y potencialidades, y de enfrentar los desafíos de la vida con confianza y determinación. En este sentido, el liderazgo es una habilidad que puede ser desarrollada por cualquier persona, independientemente de su edad, género, ocupación o posición social. Lo importante es reconocer que el liderazgo es una habilidad que se puede aprender y perfeccionar con el tiempo y la práctica”.

El estilo de liderazgo es una dimensión importante que se evalúa en la batería de riesgo psicosocial. Esto se refiere a la manera en que el líder se comunica y se expresa, y cómo este estilo influye en el equipo y la organización.

Aunque la organización puede tener un ADN y un estilo de liderazgo establecido, el estilo individual del líder puede marcar la diferencia en la forma en que se lidera el equipo y se influye en el bienestar y la salud mental de los colaboradores.

“Una de las características más importantes del liderazgo de la vida es la capacidad de comprender qué somos responsables y qué no. Esto implica ser conscientes de nuestras propias limitaciones y no intentar controlar o responsabilizarnos por cosas que no están dentro de nuestro control. Una herramienta fundamental para desarrollar el liderazgo de la vida es la capacidad de distinguir entre lo que podemos controlar y lo que no. Esto nos permite enfocarnos en aquellas áreas en las que podemos tener un impacto real y dejar de lado aquellas cosas que están fuera de nuestro control. El liderazgo de la vida también implica asumir la responsabilidad de nuestra propia salud y bienestar. Esto incluye tomar decisiones informadas sobre nuestra dieta, ejercicio y estilo de vida, y ser conscientes de nuestros propios patrones de pensamiento y comportamiento”, explicó Franco.

Desde la Vicerrectoría Administrativa y Financiera y en el marco de la Política de Bienestar Institucional, se está desarrollando un trabajo de formación y capacitación, que se extenderá durante el 2025, con el fin de disminuir los riesgos psicosociales asociados a la falta de liderazgo entre los colaboradores de la UTP.