La Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Tecnológica de Pereira reafirma su compromiso con la formación integral de futuros licenciados a través de experiencias que trascienden lo académico. Evelin Ballesteros, estudiante de séptimo semestre de Licenciatura en Básica Primaria, compartió su experiencia en la Fundación Sanar, una organización que brinda apoyo a niños, niñas y adolescentes en tratamiento oncológico.

Sergio Cabrera
Sergio Cabrera

“La Fundación Sanar no solo ofrece un refugio emocional para los pacientes, sino también para sus familias”, explicó Evelin, destacando el carácter humanitario de su práctica. Este semestre, junto con sus compañeros, lideró un proyecto titulado *El arte de sentir y explorar nuestras emociones*, que trabajó con emociones secundarias como la ansiedad, la vergüenza y la envidia, utilizando estrategias artísticas como la pintura, el autorretrato y técnicas en cerámica.

Estas actividades no solo buscan estimular la creatividad, sino también convertirse en un vehículo de apoyo emocional. “El autorretrato, por ejemplo, les permitió verse y expresarse más allá de su diagnóstico. Con el árbol de la gratitud pudimos resignificar pequeñas alegrías en medio de los momentos difíciles”, añadió Evelin con una mirada reflexiva.

El proyecto resalta cómo el arte puede actuar como un puente entre la pedagogía y la sanación emocional. En palabras de Evelin: “Llegar cada día sin saber qué nos esperaba fue un reto. Encontrarnos con sus miradas y sus manos pequeñas, a veces marcadas por el tratamiento, nos enseñó a valorar la vida desde una perspectiva más humana y sensible”.

Para Evelin, este contacto directo con los niños y sus familias ha sido transformador. Más allá de la teoría adquirida en la universidad, las prácticas en la Fundación Sanar la llevaron a entender que enseñar no solo implica transmitir conocimientos, sino también acompañar procesos emocionales con empatía y dedicación.

Al ser consultada sobre lo que esperaba que el público se llevara de la socialización de sus prácticas, Evelin fue clara: “Sensibilización, sentido de pertenencia y humanidad. Necesitamos que, como sociedad, aprendamos a valorar nuestra salud y a ser empáticos con quienes enfrentan situaciones que están fuera de su control”.

Este tipo de experiencias consolidan el rol de la educación como una herramienta para construir un mundo más solidario. La Facultad de Ciencias de la Educación sigue apostando por formar docentes capaces de combinar conocimiento académico con sensibilidad humana, recordándonos que enseñar es también un acto de amor.