En la Universidad Tecnológica de Pereira, las despedidas suelen ser dulces y amargas a la vez. Los graduados, que hasta hace poco recorrían los pasillos con libros y sueños a cuestas, hoy se visten de toga y birrete para recibir el fruto de su esfuerzo. Pero para algunos, este acto no solo marca el fin de una etapa, sino el comienzo de una aventura que trasciende las fronteras. Así es la historia de Steven Castañeda y Santiago Jaramillo, dos jóvenes ingenieros mecánicos que encontraron en la academia el trampolín hacia una experiencia que cambió sus vidas para siempre.

Sergio Cabrera
Sergio Cabrera

Durante su paso por la carrera de Ingeniería Mecánica, Steven y Santiago no solo adquirieron conocimientos técnicos y una sólida formación profesional, sino que abrazaron la oportunidad de llevar su aprendizaje a nuevas latitudes. El proceso de doble titulación con Francia les abrió las puertas para cursar dos años en la prestigiosa Escuela de Ingenieros de Albi-Carmaux, una experiencia que recuerdan con emoción y gratitud.

“Estudiar en la Universidad Tecnológica de Pereira ha sido un proceso enriquecedor, no solo por el conocimiento adquirido, sino por todo lo que hemos vivido en lo personal”, menciona Santiago, evocando esos primeros años llenos de desafíos y descubrimientos. “La UTP siempre estuvo para nosotros, guiándonos y dándonos el apoyo necesario para crecer como personas y profesionales”. Sus palabras reflejan un orgullo compartido y una conexión especial con la institución que los formó.

El camino hacia la doble titulación en Francia no estuvo exento de desafíos. “El idioma al principio fue un obstáculo”, confiesa Steven con una sonrisa, “pero la alianza que tiene la UTP con la Alianza Francesa nos dio las bases necesarias para enfrentarnos a un entorno académico y cultural diferente”. Los jóvenes ingenieros recuerdan cómo las dificultades iniciales se convirtieron en logros que trascendieron lo académico: “Llegar a un país donde hablan rápido, donde todo es nuevo, te obliga a adaptarte y a crecer”, agrega Santiago, destacando que con el paso de los meses lograron no solo dominar el francés, sino también hacer de esa cultura y sus costumbres una parte de su vida.

Más allá del aula, el aprendizaje de estos jóvenes se extendió a la vida misma. Con cada reto superado, encontraron nuevas perspectivas, nuevos valores y, sobre todo, un compromiso renovado con su país de origen. “Esos dos años nos cambiaron por completo. Aprendimos a convivir en un contexto multicultural, a trabajar en equipo y a valorar lo que significa ser colombiano en el exterior”, reflexiona Steven, quien ahora sueña con establecerse en Francia para aportar a la comunidad internacional desde sus conocimientos en energías renovables.

Por su parte, Santiago tiene un objetivo claro: regresar a Colombia y contribuir con proyectos que promuevan el desarrollo de las energías limpias. “Quiero que mi país se beneficie de todo lo que he aprendido allá. Mi sueño es convertirme en un referente, tanto a nivel nacional como internacional, para después volver a casa y trabajar en pro del medio ambiente y la comunidad”, dice con la convicción de quien sabe que los grandes logros se alcanzan paso a paso, pero con la mirada siempre puesta en el horizonte.

Al preguntárseles qué consejo darían a sus versiones jóvenes, esos estudiantes que hace años llegaron con dudas y expectativas a la UTP, sus respuestas se llenan de la serenidad de quien ha recorrido un camino largo y fructífero. “Le diría que siempre sueñe en grande”, afirma Steven con la firmeza de quien ha visto esos sueños cumplirse. Santiago, por su parte, se dirige a su yo del pasado con un mensaje de autoconfianza: “Que nunca pierda la esencia, que siga creyendo en sí mismo y esté siempre preparado, porque las oportunidades llegan, pero uno debe estar listo para aprovecharlas”.

Hoy, con un diploma bajo el brazo y una experiencia que los marca para siempre, estos dos ingenieros mecánicos parten hacia nuevas rutas, llevando consigo el sello de la UTP y el compromiso de regresar algún día para seguir construyendo un país mejor. Porque, al final, su travesía no es solo la de dos jóvenes que vencieron obstáculos y alcanzaron sus sueños; es la historia de una generación que, con pasión y esfuerzo, busca dejar una huella indeleble en el mundo.

“Steven y Santiago, ingenieros de la UTP, conquistaron sus sueños con una doble titulación en Francia. Un ejemplo de cómo la educación abre fronteras y transforma vidas. 🇨🇴✨ #OrgulloUTP #IngenieríaMecánica”