En la Universidad Tecnológica de Pereira, entre el bullicio de los bloques académicos y la prisa cotidiana de estudiantes y profesores, se esconde un refugio de tranquilidad y conocimiento que pocos conocen en su totalidad. Este es el Centro de Documentación, conocido por la comunidad universitaria como CEDOCU. Un espacio que, a pesar de su discreta ubicación, ha sabido consolidarse como un entorno ideal para la concentración, el estudio y el intercambio de saberes.
Danis Páramo, una de las monitoras encargadas de este centro, comparte con nosotros los detalles de este recinto: “La verdad, este lugar lo aprovechan para estudiar. Es un lugar muy calmado, muy tranquilo, muy silencioso. Entonces, son las óptimas condiciones para venir, coger un libro, tanto de literatura como de los académicos, o simplemente para estudiar algún parcial, algún quiz, lo que se tenga”, comenta mientras recorre con la mirada las estanterías que resguardan volúmenes de distintas disciplinas.
Un espacio de encuentro y generosidad académica
Más que un centro de documentación, CEDOCU se ha convertido en un punto de encuentro para estudiantes de diversas carreras, aunque, como menciona Páramo, son los alumnos de programas como Ingeniería Mecánica e Industrial quienes más frecuentan el lugar. Sin embargo, esto no ha impedido que el centro mantenga una política abierta e inclusiva: “Cualquier estudiante que quiera venir a estudiar, que quiera venir a leer, está invitadísimo a conocer el lugar”, resalta Páramo, dejando claro que la invitación es para toda la comunidad universitaria.
Además, CEDOCU también fomenta la donación y el intercambio de libros entre estudiantes y docentes, permitiendo que las estanterías se enriquezcan constantemente con nuevos títulos. “Las personas que tengan libros en condiciones óptimas, ya sea de literatura o hasta profesores que quieran donar textos académicos, son bienvenidos a aportar a este espacio”, explica Páramo.
Un rincón en constante crecimiento
A pesar de su relativa juventud, CEDOCU ha ido posicionándose como un espacio indispensable para aquellos que buscan un ambiente de estudio fuera del ajetreo de las aulas. “Yo entré en 2022 y ya estaba abierto hace como un año o dos años, mucho antes”, relata Páramo al referirse a la antigüedad del centro.
Con el correr de los días, el flujo de estudiantes en sus instalaciones refleja el impacto que ha tenido en la comunidad. “Este lugar siempre se llena, especialmente en época de parciales”, comenta la monitora, destacando que la acogida ha sido positiva, aunque aún queda camino por recorrer para lograr que todos los estudiantes de la universidad se apropien de este espacio.
Un llamado a la apropiación de espacios
CEDOCU, aunque aún desconocido para muchos, representa un bastión de saber y serenidad en medio del ajetreo universitario. La invitación de Páramo es clara: “Este lugar no es solo para estudiantes de ingeniería. Cualquier persona que quiera estudiar o leer puede venir. Están todos invitados a aprovechar este espacio”.
De esta manera, CEDOCU sigue creciendo, tanto en su oferta bibliográfica como en la cantidad de personas que se animan a visitarlo. Un rincón en la Universidad Tecnológica de Pereira que, sin duda, merece ser descubierto y disfrutado por todos aquellos que buscan un entorno de estudio y reflexión.