Con el respaldo de la Gobernación de Risaralda, este mes de septiembre comienza Círculo Virtuoso, proceso de transformación social direccionado al fortalecimiento del desarrollo humano; comenzando desde la primera infancia hasta la educación superior, conectado con el sector productivo y social.



El coordinador de Sociedad en Movimiento, Daladier Méndez Ramírez, dijo “estamos felices porque por primera vez se hace este programa fuera de Pereira, en dos municipios Santuario y Apía. Los alcaldes y comunidad educativa de estas localidades han expresado su satisfacción por nuestra llegada, y agradecen que se les brinde esta oportunidad a sus niños”.

Para este año, el programa se hará en articulación con siete universidades, la Libre, Visión de las Américas, Ciaf, Cooperativa, Fundación Universitaria del Área Andina, Unisarc y la UTP, en articulación con la Gobernación de Risaralda que aporta $300 millones de pesos.

En total son cerca de 560 infantes y padres de familia que se beneficiarán en estas localidades a través de los tres componentes del Círculo Virtuoso:

Pedagógico: en el que se les enseña una segunda lengua y brinda formación complementaria para fomentar su capacidad de aprendizaje en diferentes áreas a través de talleres de robótica, artes y apropiación del territorio.

Salud sensorial: en donde se generan las condiciones adecuadas de salud a esos niños a través de tamizajes visuales y auditivos, odontológicos en talla y peso que favorezcan su aprendizaje.

Y psicosocial: en donde se interviene todo lo que es el entorno de los niños, los adultos con quienes conviven, las personas con las que interactúan diariamente, y para ello se cuenta con el apoyo de un equipo conformado por psicólogos, trabajadores sociales, pedagogos también para generar condiciones idóneas de esos infantes.

En esta ocasión, el Círculo Virtuoso será desarrollado en el marco de las metas de la Secretaría de Desarrollo Social de la Gobernación de Risaralda, buscando generar mejores condiciones de vida a las familias beneficiarias a partir de la creación de escenarios adecuados para garantizar los derechos fundamentales de los niños y niñas, una crianza amorosa y saludable.