El primer miércoles de cada mes, Don Manuel José Luján Henao, acompañado de su esposa llega al Mercado Agroecológico de la Universidad Tecnológica de Pereira.
Este evento, organizado por el Centro de Gestión Ambiental de la UTP, se ha convertido en un símbolo de sostenibilidad y cultura en la región, contando con la presencia de este hombre que, orgullosamente egresado de la UTP en 1975, ha dedicado su vida al movimiento agroecológico.
«Nosotros llegamos a este mercado desde sus inicios, hace ya 18 años, pero nuestra historia en la agroecología se remonta a mucho antes. En 1980, junto a compañeros como Guillermo Castaño, Noel Montenegro y Don Artemio, comenzamos a trabajar en lo que hoy conocemos como el movimiento agroecológico. En ese entonces, no se hablaba mucho de ambientalismo, pero nosotros ya éramos parte del Movimiento Ambientalista Popular de Colombia», recuerda con nostalgia Don Manuel.
Su vida ha estado marcada por la conexión con la tierra, una tradición heredada de su abuelo, un médico botánico que lo llevaba de niño a las huertas. Allí aprendió a valorar la salud natural, una enseñanza que hoy comparte con su familia en la vereda La Ribera Alta de Dosquebradas. «Nuestra precooperativa campesina, que fundamos con mi esposa y mis hijos, es un proyecto que va más allá de la producción agrícola. Es un aula abierta donde estudiantes de Agroecología, Medicina, y Horticultura pueden aprender y experimentar directamente con la tierra», explica con orgullo.
En el mercado, la familia Luján ofrece una variedad de productos que reflejan su compromiso con la salud y el medio ambiente. Panes elaborados con soja y trigo amazónico, mermeladas de guayaba sin azúcar añadida, y semillas de frijoles y cúrcuma son solo algunos de los frutos de su trabajo. «Lo que vendemos aquí no es solo alimento, es el resultado de años de lucha contra la agricultura industrial y los transgénicos. Todo lo que traemos es para beneficiar la salud de quienes lo consumen», comenta.
Para Don Manuel y su familia, el Mercado Agroecológico UTP es más que un espacio de intercambio. Es un lugar de encuentro y aprendizaje, una comunidad que comparte los mismos valores. «Aquí no se trata solo de vender, se trata de compartir conocimientos, de fortalecer lazos y de apoyar a los jóvenes de nuestra vereda que están en la universidad y necesitan un empujón para seguir adelante», concluye.
Así, cada primer miércoles del mes, Don Manuel, su esposa siguen su camino hacia la UTP, llevando consigo no solo productos saludables, sino también una historia de vida y resistencia que inspira a todos los que lo conocen.