Este joven de no más de 30 años cumplió hoy el sueño de su vida que es el de graduarse como profesional y compartir su mejor momento con su hijo Agustín de 9 meses, su esposa, sus padres y sus compañeros.

Claudia Ardila

Mucho esfuerzo: trasnochos durante cinco años, madrugadas permanentes y horarios extensos de trabajo y estudio se conjugan con la labor activa de padre de familia que decidió tener Germán desde que supo que Agustín, su hijo, venía al mundo.

En vez de ser un obstáculo, es su motor y por eso hoy que se graduó, el invitado en primera fila era su pequeño.

“Muchas cosas han cambiado para bien porque los hombres ya nos desempeñamos en el rol activo de padres, estamos en la casa, cocinamos, damos tetero y cambiamos pañales, hacer eso al tiempo que ser profesional y sacar el grado, es un orgullo. Muchas veces las personas ponen excusas para no lograr sus objetivos, pero para mí, mi familia al contrario ha sido un trampolín”, dijo mientras se aguaban sus ojos este nuevo profesional que se graduó de Administración Industrial en la UTP.

La felicidad de Germán es el resultado de los 10 semestres en los que dio todo su esfuerzo y que se convierte en su triunfo personal.

“Realmente cuando uno se adentra en la universidad y empieza el proceso académico y compara lo que recibe de la UTP siente el respaldo de esta institución. A la hora del grado ya sé que este apellido me va a dar mucho respaldo, porque ya lo vivo, decir que estoy en la UTP es un motivo de tener las puertas abiertas, porque en las empresas saben que uno llega preparado y con una formación ética muy relevante”.

El nuevo profesional, con su hijo en brazos, destacó el sentido y responsabilidad social que aprendió durante su ciclo universitario, “no nos preparan solamente para ir a producir y cambiar procesos, sino que nos preparan para hacer y modificar sociedad. Cambiamos el estigma de trabajar para producir ingresos, terminamos con un proceso muy fuerte de responsabilidad”, dijo Germán.

Este joven fue estudiante distinguido por su promedio académico durante la ceremonia de graduación, por lo que resultó ser uno de los más destacados en su carrera.

“Uno tiene que ponerse las metas, y para llegar allá, poner unos propulsores. Yo tengo 4. La base es mi familia y con ella, las ganas de salir adelante, el propósito de no repetir la historia y la obligación de ser diferente. Esto me impulsa a hacer las cosas bien y mejor”, reflexionó.

El nuevo profesional le envió un mensaje a los nuevos estudiantes que llegan este 5 de agosto a empezar el segundo semestre del año y les dijo que tomaron la decisión correcta.

“Empezar la universidad, no desfallecer en este intento, saber que van a presentarse adversidades y cosas que no esperan en el camino, pero lo importante es que lleguen a culminar. La universidad siempre nos tiende una mano, no estamos solos”, concluyó.