La Universidad Tecnológica de Pereira, a través de la Facultad de Educación y en colaboración con la Fundación Sanar, ha llevado a cabo con éxito el proyecto «Explorando el Maravilloso Mundo de mi Ser». Este innovador proyecto, dirigido por el profesor Andrés Ramos, ha sido una pieza clave en el fortalecimiento del autoesquema y el amor propio de niños y adolescentes en tratamiento contra el cáncer. 

El profesor Ramos, asesor de la práctica Trabajo en Comunidad, destaca que este proyecto se diseñó pensando en las necesidades emocionales y psicológicas de una población que enfrenta retos significativos debido a su condición de salud. «Esta población tiene dificultades en cuanto al amor propio y al reconocimiento de sí mismos, especialmente debido a los cambios corporales que experimentan durante el tratamiento, como la caída del cabello y la pérdida de peso», explica Andrés Ramos. 

El proyecto se desarrolló en diferentes contextos, incluyendo la clínica San Rafael y los hogares de los niños cuando no están hospitalizados. Se trabajaron actividades de matemáticas y lenguaje, todas articuladas con el objetivo central de fortalecer los autoesquemas de los participantes. 

La gran conclusión del proyecto es que todos los niños y adolescentes tienen derecho a la educación, independientemente de su condición de salud. «El hecho de que estén hospitalizados o en sus casas no significa que deban ser aislados del sistema educativo», subraya el docente Andrés Ramos. Teniendo en cuenta la importancia de que las instituciones se conecten con las familias para que los niños no se desvinculen de su proceso académico. 

Además, el proyecto ha enseñado valiosas lecciones tanto a los estudiantes como a los docentes. «Nos llevamos el aprendizaje de que siempre hay que tener una sonrisa, a pesar de los problemas, algo que nos enseñaron los niños y adolescentes», comparte el docente Andrés Ramos. 

El próximo semestre, la Universidad Tecnológica de Pereira planea continuar con este valioso convenio. «Buscaremos impactar desde otra perspectiva, trabajando en aspectos que necesiten reforzarse, de acuerdo con el diagnóstico de las necesidades de los niños y adolescentes», indica Ramos. En semestres anteriores se han trabajado habilidades para la vida y emociones, y ahora los autoesquemas, demostrando una evolución y adaptación constante a las necesidades de los participantes. 

La Facultad de Educación agradece a la Fundación Sanar por su colaboración y a todos los estudiantes y docentes que han participado en este proyecto, demostrando que la educación inclusiva y adaptada a todas las circunstancias es no solo posible, sino esencial.