Gracias al Convenio Sanar- UTP se retoman las prácticas pedagógicas para niños y adolescentes con cáncer en entornos no finales como fundaciones, corporaciones, clínicas, entre otros.

Tomando como punto de partida el cuento infantil El Monstruo de Colores de Anna Llenas, estudiantes de la Licenciatura en Educación Básica Primaria de la UTP, desde hace más de un mes iniciaron su programa de prácticas pedagógicas con niños y adolescentes con cáncer de la Fundación Sanar.

Con el retorno de la presencialidad se retoman programas y convenios suscritos en el pasado, como este entre la Universidad Tecnológica de Pereira a través de la Facultad de Ciencias de la Educación y la Fundación Sanar.

Tal como lo explicó el profesor de las licenciaturas en pedagogía infantil y en educación primaria, Andrés Ramos Aranda, desde agosto se adelantan proyectos educativos con niños y adolescentes en entornos no finales como fundaciones, corporaciones, clínicas, entre otros

Por su parte, Lina María Mora, directora de la Fundación Sanar explicó que, con su pedagoga, Jessica Castaño, que es egresada de la de la licenciatura en pedagogía infantil de la UTP, se pusieron a la tarea y reactivaron el convenio, que consiste en un programa maravilloso con sus niños y adolescentes.

Son diez estudiantes de séptimo semestre de la Licenciatura en Educación Básica Primaria, las que adelantan este proceso que en este semestre se extenderá hasta noviembre próximo.

En agosto, cuando inició el semestre y comenzó a gestionarse el convenio, por ser un proceso que no es fácil, las estudiantes recibieron preparación orientación y apoyo de las psicólogas del Programa de Acompañamiento Integral, PAI, afirmó Ramos Aranda. Por parte de la Fundación Sanar, también les brindó orientación con sus psicólogos sobre cómo abordar a un niño con cáncer.

Hoy, este grupo de 10 practicantes de la Licenciatura en Educación Básica Primaria está realizando el proceso de formación bajo dos modalidades, Pedagogía Hospitalaria y Pedagogía en Casa.

“En muchos casos los niños con cáncer reciben su proceso de formación académico con sus hermanitos, que están desescolarizados por pertenecer a familias de escasos recursos, eso muestra el amplio campo de acción y la labor hermosa que cumplen las estudiantes de la UTP”, agregó la Directora de Sanar.

Un monstruo, rodea la metodología

El profesor Ramos Aranda, reitera que por el tipo de formación no es sencillo y por eso se propuso el proyecto para el proceso de formación basado en un cuento infantil, El Monstruo de Colores, para contar su historia de colores para manejar el tema de las emociones: tristeza, enojo, miedo, etc. y a partir de allí trabajar las matemáticas, el lenguaje y la motricidad.

Las practicantes se ajustan a la condición de cada paciente y todas las circunstancias que lo rodean ya sea en la clínica o en la casa. “Este es un programa de gran impacto por todo lo que encierra y lo hacemos con todo el amor y respeto tanto por los niños como por sus familias”, explicó el docente.

Las estudiantes, que iniciaron lógicamente con temor, hoy gozan cada parte del proceso que aporta conocimiento e inclusión educativa a niños y adolescentes que, por su condición de salud, no pueden ir hasta las aulas.

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