Uno de los docentes más reconocidos y más queridos de la Facultad de Ingeniería Mecánica se va a disfrutar de su descanso luego de 44 años de labores y cerró con ‘broche de oro’ al recibir un homenaje por excelencia educativa.
El profesor Ramón Andrés Valencia Martínez, es un maestro excepcional que cumplió 44 años dentro de la UTP, quien llegó a Pereira en el año 1972 desde el Chocó para estudiar en nuestra universidad y se enamoró tanto de la ciudad y la institución, que se quedó.
Ahora se prepara para disfrutar de su jubilación, para viajar y pasar tiempo con sus hijos, pero se ha comprometido con volver a seguir preparando a los jóvenes para la vida.
Antes de cerrar este ciclo, el docente recibió un reconocimiento de la Organización Internacional para la Inclusión y Calidad Educativa, OIICE, por su perseverancia y constancia en el camino a la excelencia.
Hablamos del Galardón y su retiro.
Periodista: ¿Cómo se siente al haber recibido la Orden Dorada Magisterial de la OIICE?, un reconocimiento honorífico que se convierte en una forma de cerrar con broche de oro su vida laboral.
Ramón: La verdad es que me sorprendieron porque yo no tenía conocimiento de esto, alguien me hizo la nominación, seguramente alguien que conoce mis actividades en la universidad y además unas actividades que he venido desarrollando durante aproximadamente 12 años en el LACEII como representante de la UTP en esta organización que es un consorcio de instituciones de enseñanza de la ingeniería de Latinoamérica y el Caribe. Allí participe en las asambleas desde 2018 como Jurado como revisor de los papeles y en la asamblea de los miembros como representante de la UTP, entonces la verdad no sé quién me nominó y me llegó la invitación, me pidieron la hoja de vida y al final me dieron este galardón por el cual me sentí muy contento, muy agradecido con Dios y con la vida y por la oportunidad que me da la universidad de que me conocieran.
Periodista: Además, porque es un galardón a la excelencia educativa y por supuesto, después de 44 años en esta institución, ser galardonado por excelencia, significa que ha hecho mucho. ¿usted cómo siente que ha sido su pasó por esta Universidad La Tecnológica?
Ramón: Yo llevo la tecnología en mi corazón y a mi facultad la quiero mucho, realmente a mis estudiantes a los que les hago ver que ellos, cuando se gradúen de esta universidad, que no es cualquier universidad, van a ser representantes no solo de la universidad sino de todos nosotros los egresados y me incluyo. Esa impronta UTP debe de mantenerse en alto y quiero hacerles sentir la universidad y su facultad porque donde quiera que estén, estarán muy bien si son egresados de esta Universidad, ellos representan toda la universidad y procuro mucho despertar en mis estudiantes ese Amor por la UTP y por su respectiva facultad. A mi me gusta la docencia realmente, yo me voy, no porque esté cansado, porque realmente me gusta estar aquí, sino porque tengo otras cosas, mis hijos están fuera del país y yo estoy todo el tiempo sin verlos, así que con mi esposa ya nos pusimos de acuerdo. La mayor parte de mí vida la viví en la Universidad y obviamente yo no me desprendo totalmente porque estaré aquí de pronto dando cátedra. Muy contento me siento y muy amañado con mi universidad, la veo hermosa, la veo grande, de cierta manera vi como fue creciendo y la llevo en mi corazón realmente.
Periodista: El reconocimiento es un tema de calidad educativa que ha sido la constante en su vida, sumado a la calidad humana, ¿Cómo hace para ser una persona a la que se respeta tanto en esos dos sentidos, tanto la calidad educativa como la calidad humana?
Ramón: Yo tengo mis defectos también, pero lo que trato siempre es de buscar las cosas positivas en los problemas que se presentan, muchas dificultades que se presentan en la vida, decisiones que se tienen que tomar, a veces no son las más convenientes, así que hay que tratar en lo posible de servir, no siempre hay que decir sí, hay que decir no cuando sea necesario y sobre todo con argumentos. Siempre traté de ayudar a mis estudiantes de mecánica, en mecánica se dan cuenta de que hay como una política de nosotros que es ayudar al estudiante en la medida de lo posible. Siempre le he pedido a Dios, yo soy creyente pero no soy fanático, así que le pido que me ayude a hacer las cosas bien y dar lo mejor de mí en mis clases, con mis hijos y con mi esposa, trato de ser bendición para las personas que están a mi alrededor.
Periodista: Qué bonito profe porque además cuando uno trata de ser bendición, seguramente lo es, así que esa es una muy buena forma de aportarle a la sociedad y a la comunidad. Ahora cuéntenos un poco de su familia ¿usted cómo llego a Pereira?
Ramón: Yo llegué a Pereira en 1970, la primera vez vine a jugar fútbol como parte de la selección Chocó contra Risaralda, yo no conocía Pereira y me pareció muy familiar. En ese tiempo a todo mundo le decían ‘vecino’ y la gente era muy colaboradora, así que fue un ambiente muy bonito que a mí me gustó mucho porque era muy parecido al nuestro y me enamoré de Pereira. Me gustó además que aquí había unos compañeros míos estudiando en la Tecnológica y ya me habían hablado de la universidad, entonces dije yo: me voy para Pereira.
Te cuento algo curioso, yo me presenté en Pereira en la Universidad en 1971, ese año presenté las pruebas y me fue muy bien y pasé, pero yo no tenía cómo venirme, no tenía los recursos. Además de ser bachiller, soy maestro normalista, así que cuando me gradué estaba trabajando en la escuela, entonces no pude y se me ocurrió algo. Yo ya había averiguado y Hugo Forero era el secretario general el jefe de registro y control, así que yo mandé una carta a Don Hugo Forero en la que le expliqué que no podía venir, que no tenía plata, y le solicité muy respetuosamente que me guardara el cupo un año. Esto era una locura, pero lo intenté, yo seguí trabajando en Quibdó, en mi escuela, y cuando al año siguiente volví y me inscribí, no me contestaron nada, pero yo le dije a mi mamá y a mi hermano: mi cupo está allá, a mi Dios me quiere mucho, yo sé que mi cupo está allá, así que yo me voy para la Tecnológica. Me vine y los paisanos me recibieron, vine a la Universidad para la matrícula y me acuerdo mucho que la que me atendió, que nunca se me olvidó y le cogí mucho cariño, fue Zoraida Pérez la secretaria, entonces yo llegué y le expliqué todo y ella sacó una carpeta, le mostró a Don Hugo Forero, y él le dijo que me podía matricular. Es decir que me guardaron el cupo, era una locura, pero ahí comencé a estudiar acá en 1972 y de ahí en adelante hice la carrera.
Continúe trabajando, me gradué, apoyé a mis hermanos, me traje a mi mamá para Pereira, viví con mis hermanos y mi mamá, yo me gradué, mis hermanos se graduaron, se fueron y quedé yo solo. Ahí conocí a Martha y nos casamos, ya vinieron los dos hijos, Mónica que es la mayor estudió medicina en la Tecnológica y Andrés estudió Ingeniería Mecánica, los dos se graduaron como estudiantes distinguidos, nunca pagué matrícula por ninguno. Mi hija como médica se fue para Buenos Aires y está trabajando con una multinacional y mi hijo en Francia hizo su maestría y se presentó para un doctorado, gracias a Dios ese doctorado se lo consiguieron a él, entonces el gobierno francés le pagó el doctorado, hizo un postdoctorado en los Estados Unidos y ahora está trabajando en Nueva Zelanda, los dos me hacen sentir muy orgulloso.
Yo soy muy alegre, me gusta escuchar música y creo que es el momento se salir a viajar y bailar.
Quiero terminar diciendo que, al actual rector de la UTP, Luis Fernando Gaviria, yo le agradezco mucho porque él me permitió continuar siendo representante de las Universidad en escenarios nacionales e internacionales, y en la medida que pueda los sigo representando y sigo trabajando, sigo siendo UTP.
El profesor Ramón es fundador de la Red de Cartagena de Ingeniería que trajo como resultado el convenio de doble titulación (primero en la UTP) con la escuela Nacional de Ingeniería de Metz -Francia, un convenio que sigue vigente y que hasta la fecha ha logrado que 65 egresados de Ingeniería Mecánica e Industrial tengan doble diploma UTP-ENIM.
A él, la UTP le brinda un homenaje y un agradecimiento especial por tantos años de servicio y compromiso.