Plasmar la realidad social y ser instrumento para los que no tienen voz, fue el propósito de Vladimir Encina al volverse el fotoperiodista que acaba de ganar el máximo premio de periodismo en Colombia.
Es estudiante de Ingeniería de Sistemas y Computación, pero aún así, acaba de ser galardonado en una rama que poco tiene que ver con esta disciplina.
Vladimir Encina, quien cursa séptimo semestre en la UTP, se dedicó a fotografiar los problemas sociales del país, gracias a una mezcla entre su pasión por la imagen, su historia de vida como desplazado de la violencia y su permanente formación social y política al interior de los grupos políticos estudiantiles.
Con la fotografía que tituló ‘Desmadre’ y que tomó durante el proceso de desalojo de cientos de familias en el corregimiento de Puerto Caldas en marzo pasado, resultó ganador del reconocimiento que los periodistas y fotógrafos más reconocidos de Colombia se disputan anualmente.
Hablamos con el joven de su vida, su madre Dery Duque y la historia por la que llegó a Pereira desplazado desde Buenaventura, el impulso de su profesor de artes visuales, Rodrigo Grajales para postular la fotografía al premio, y de su llamado sobre la importancia de que la academia se conecte con la realidad social del país.
Periodista: Cuéntenos primero ¿qué es este premio que usted ha recibido? y descríbame un poco ¿cuál es la fotografía ganadora?
Vladimir: Soy estudiante de Ingeniería De Sistemas y me gané el mayor reconocimiento Nacional de periodismo en la categoría fotoperiodista. Yo creo que en Colombia no hay una mayor exaltación al trabajo que no sea el premio Simón Bolívar y es una categoría muy disputada precisamente porque es un instante y es una milésima un micro segundo en la que se captura esa realidad de Colombia. La fotografía, para describirla cómo lo dijeron los jueces, es una fotografía que evoca a una era pictórica dónde hay una fuerza del estado reprimiendo y oprimiendo a unos débiles, a unas personas que no tienen nada. En ese instante hay un hombre luchando por no ser llevado, aguantando ser arrastrado, con su mujer frente a él, evitando que esta misma Policía o Esmad lo arrastre. En ese momento hay como una sensación de un beso, pero un beso sufrido, donde ambos están llorando, y detrás hay otra mujer también sosteniéndolo con esa angustia de que no se lo llevaran, mientras el Esmad está con una naturalidad de fuerza y de opresión que los caracteriza. Que no les importa ver destruida una familia, un hogar, mientras alrededor, el contexto y el fondo, muestra unas casas derrumbadas en un terreno totalmente árido y en especial una casa ya a punto de caerse, para que se hagan una idea, esa es la fotografía. También la pueden ver en Google como ‘premio nacional fotoperiodismo 2021 Vladimir Encina’, también la pueden ver en el medio en el que fue publicada, La Cola De La Rata.
Periodista: ¿Qué hace un estudiante de ingeniería en un desalojo en Puerto Caldas tomando fotografías? ¿Usted porque estaba allá?
Vladimir: Precisamente yo llego a Pereira siendo desplazado y por eso esa situación ahí me lleva también a una confrontación social y a una formación política, porque son actos injustos que no tienen que pasar en este país y que han pasado, no durante 60 años, sino desde la colonización. Tenemos actos de violencia y desplazamiento a los cuales hemos sido sometidos y hemos naturalizado. Así que yo empiezo una formación político-social que me lleva a entender que yo debo entregarle a la sociedad lo que me está dando, y debo ser ayudante, y lo que yo aprenda debe servirle a la sociedad. ¿Cómo llego ahí a la fotografía? en ese camino social y político, yo entiendo que la fotografía es la herramienta para yo poder ayudarle a las personas. Ya teniendo esa formación, a mí me llega la noticia de que a esas personas las han desalojado un, mediante un desalojo ‘voluntario’ el primer día, entonces yo decido ir dos días después porque en la universidad tenemos unos compañeros que, curiosamente ninguno es de comunicación, pero tenemos un colectivo de comunicación para los estudiantes, y yo decido ir ese día a retratar lo que ya habían vívido de ese desalojo » voluntario» donde no hubo confrontación, y en el camino me encuentro que van dos camiones del Esmad, obviamente ya lo identifico y entiendo a qué iban y llego junto a ellos. Ellos se bajaron y sin mediar palabras y sin ninguna intervención y empiezan a atacar. Yo vi al que está en la foto, cortando unos limones y yo lo fotografié cortando los limones con un machete y el Esmad desde el primer momento le llega a tumbar todo, y bueno, así es como yo llego allá con esa convicción social y de ayudar a los demás.
Periodista: Justamente esa convicción social nace de la situación que usted ha vivido y quiero nos cuente ¿por qué usted tuvo que llegar a Pereira a reiniciar su carrera de ingeniería?
Vladimir: Yo vengo de la Universidad del Pacífico en Buenaventura donde estudiaba también Ingeniería De Sistemas, justamente en el proceso de paz con las Farc, las Farc abandonan el territorio. Nuestra familia tenía un restaurante de comida, justamente después de que se fueron Las Farc, llegan Los Urabeños y los de La Empresa a disputarse todo el territorio de Buenaventura y empiezan a cobrar unas vacunas para poder estar ahí, para ‘cuidarlo’ a uno del otro, allí es que mi mamá decide no pagarles y eran insistentes hasta que un día incluso le pegaron en la cabeza con la cacha de un revolver y le dijeron que si no pagaba se tenía que ir y nosotros nos fuimos, yo creo que en tiempo récord porque empacamos toda la casa en media hora y nos fuimos. Yo llegué a Pereira con esa preocupación de que muchas personas lo viven igual, mientras nosotros tuvimos la oportunidad tener tiempo para salir, pero por ejemplo en el campo le dicen ‘váyanse’ y se les quedan con la tierra o los matan. Ya aquí en Pereira me empiezo a formar políticamente con un grupo de estudio político que había en su momento dentro de la UTP, abierto y conocido que ayuda precisamente dentro del campus y en la sociedad a hacer esa conexión, porque nosotros muchas veces desde la academia nos desconectamos de la realidad de afuera, y no solo los estudiantes, muchos profesores invitan a desconectarse y nunca he estado acuerdo con eso, entonces así es como empiezo yo a mirar ese ese tema social.
Periodista: ¿Y qué le ha brindado la universidad a usted en ese trasegar?
Vladimir: Yo Considero que la Universidad está aún desligada con la sociedad, con lo que sucede afuera y muchas veces lo está obviando en su totalidad. Cuando uno sale, va no precisamente a ayudarle al vecino, al campesino al comerciante de minorías, de las microempresas, sino que se invita es a ir a buscar la empresa grande, la multinacional. Por eso cuando fui representante en el Comité Curricular hablaba de la importancia de mirar cómo podemos ayudar al agrario, al empresario pequeño, cómo puedo yo sistematizar sus problemas y ayudar a que esa persona sea la que le venda a la multinacional. Tenemos un gran reto porque esta es precisamente una universidad que investiga, una universidad de la ciencia, entonces debemos enfocarnos a mirar cómo salimos a aportarle la sociedad y no solamente cómo me voy a beneficiar yo como persona, digamos que en ese tema muchos estudiantes si me han brindado eso dentro de la UTP y esa cercanía a la sociedad sí se ve muy latente en muchos estudiantes.
Periodista: Finalmente, ¿cómo se proyecta ya como ingeniero de sistemas cuando ya está cerca de terminar el paso por la universidad?
Vladimir: Precisamente yo me veo trabajando en los social y no necesariamente produciendo demasiado dinero. Yo me veo trabajando para las minorías, para quien lo necesita, sí de mí va a depender hacer los enlaces entre la universidad y las personas afuera que lo están necesitando, pues entonces ese será mi camino, si mí dependerá seguir mostrando y denunciando lo que está sucediendo a nivel regional, porque tampoco pienso irme de la región, pues ese será mi camino. Yo no me veo diciendo que estoy trabajando en una empresa muy grande, me veo mostrando y visibilizando lo que está sucediendo en esos pequeños conflictos que muchas veces no tienen espacio para un cambio estructural, sino que necesitan soluciones del inmediato, conflictos que en su mayoría no suelen ser de soluciones estructurales, sino que son necesidades que no dan espera y que merecen una solución, por pequeña que sea. Por ejemplo, este premio les brinda a esas personas la posibilidad de visibilizar que aún no se les ha dado una reparación, que aunque ellos tuvieron durante casi cuatro meses un albergue, eso no fue una solución verdadera porque siguen afuera, siguen invadiendo, siguen desplazados por toda la región, hay indígenas que aún siguen volteando entre Pueblo Rico y Marsella, con 5 a 7 niños, que aún no encuentran un hogar. La familia que fue desplazada en este momento de la fotografía ganadora, les llamé el día del premio a contarles que habíamos ganado, y me enteré de las cosas están muy difíciles para ellos. Entonces yo me veo siguiendo con la sociedad, trabajando junto a ellos y que sean ellos los que se apropien de todos estos procesos y de todas estas denuncias.