Para Enrique Arias la tarea de la Universidad es ser capaz de formar profesionales integrales que consigan adaptarse a la realidad social y transformarla.
El decano de la facultad de Bellas Artes sabe que una institución académica trabaja con los sueños de los demás y por eso cree firmemente en la necesidad de la coherencia y la responsabilidad como bases fundamentales para el proceso de enseñanza/aprendizaje.
Por esto este diálogo se hace indispensable en un momento en el que requerimos una mirada más humana de la sociedad.
PERIODISTA: Empecemos hablando de este momento actual de nuestra sociedad y nuestro país, un momento que está requiriendo de nosotros como sociedad, de la academia, y especialmente del área que usted maneja que es la Facultad de Bellas artes, una mirada más humana de la sociedad misma. ¿Usted cómo se siente este momento de pandemia, de manifestaciones, y de todo lo que involucra la actualidad de nuestra ciudad?
ENRIQUE ARIAS: Digamos que se han combinado una serie de diferentes factores que no esperábamos que tuvieran convergencia, aun cuando la pandemia está circundante, ya no está tan relevante, lo digo entre comillas, en medio de una situación que está afrontando nuestro país y nuestra ciudad, en términos de las manifestaciones, pero más allá de esto, la violencia que ha recibido la gente, los desmanes que han ocurrido en algunos escenarios, todo lo que ha implicado que la gente haya decidido seguir con las protestas por la forma como se han manejado todos estos procesos. A veces uno tiene que asumir posiciones de esperanza, de proyectar una realidad que sea más hacia las posibilidades y sin embargo cuando ocurren estas situaciones uno mismo siente que son difíciles de llevar.
La Facultad de Bellas Artes y Humanidades es la encargada precisamente de la formación de licenciados en áreas que generan toda una concepción social y del desarrollo educativo a partir de disciplinas que tienen que ver con estas realidades en las que hemos experimentado temas tan cercanos como el desplazamiento, la reinserción y la violencia, unas realidades de nuestro país que parecieran lejanas a nuestro edificio, y lo digo de forma figurada, pero tan cercanas a nuestros estudiantes y a nuestra comunidad, entonces da mucha tristeza, pero a la vez es un marco de esperanza lo que nosotros cada día debemos representar a partir de lo que en la universidad construimos.
PERIODISTA: Y justamente, ese es el aporte de la academia a un momento como éste, y es el de unos estudiantes pensantes, críticos, y que han estado directamente vinculados a estas manifestaciones, pero a los que desde la misma universidad, se les ha formado en esa necesidad de ser ciudadanos humanos y pensantes.
ENRIQUE ARIAS: Es inevitable, en nuestra Universidad Tecnológica como institución pública se debe establecer que tenemos una responsabilidad social no solamente en términos de la formación disciplinar, sino en todo lo que significa el pensamiento crítico alrededor de la realidad social, por lo que pienso que desde la facultad se ha sensibilizado desde diferentes escenarios: la Cátedra Para La Paz, investigaciones que han hecho los grupos de la facultad alrededor de las realidades que han vivido comunidades de nuestro departamento y otros territorios, y así mismo en otros programas que terminan convergiendo en esto que es la formación humana. Por eso es una responsabilidad que nosotros asumimos, que asume cada programa y que busca representar esa mirada de análisis desde los aspectos que se viven en nuestros territorios.
PERIODISTA: Enrique, vamos a pasar a un tema más del ser, y es que quiero saber porque para Enrique llega a ser importante el lado humano y cómo eso lo llevó al cargo que hoy está desempeñando en la facultad.
ENRIQUE ARIAS: Es por mi formación, yo primero que todo soy docente y desde mis inicios profesionales en la docencia, he tenido la oportunidad de estar cercano a ciertas realidades porque trabajé en instituciones educativas donde todo era muy difícil, donde tenía la esperanza de brindarle una realidad diferente a estos niños, niñas y jóvenes que llegaban a las instituciones. Entonces hacía que el aula de clase fuera un espacio diferente para ellos y es algo que para mí siempre ha sido desafiante para poder generar esperanza y una opción de vida diferente. A medida que fui avanzando en mi proceso de formación hasta llegar a la universidad, he podido entender la enorme responsabilidad: es que uno en la universidad trabaja con los sueños de los demás. En el momento en que se tiene un estudiante al frente, que está poniendo en las manos del docente lo que anhela ser. Sé que tenemos que aportar y generar desde los escenarios académicos esa visión de futuro. Es en esa proyección que he comprendido que tenemos mucho para contribuir, más allá de simplemente transmitir conocimiento. Yo pienso que debemos ser coherentes en términos de lo que damos, lo que vivimos, lo que representamos, y por eso termina siendo un desafío que hay que asumir cada día.
PERIODISTA: Vamos a hablar de su familia y la importancia que ha tenido para esa visión responsable del mundo.
ENRIQUE ARIAS: Soy casado hace más de 20 años, tengo dos hijos de 15 y de 14 años, dos adolescentes hermosos aprendiendo de la vida y de todo lo que significa vivir diferentes realidades. Digamos que cuando uno ha pasado en diferentes contextos con diferentes posibilidades, lo que dicen los sociólogos es que cada generación va a tener mejores posibilidades en la medida en que la generación anterior tuvo unas luchas y unos esfuerzos que van a hacer que la siguiente tenga más privilegios. Los privilegios que yo tengo son fruto del esfuerzo de mis papás y en mis papás fue el de mis abuelos, y eso se representa ahora en mis hijos. Por eso decía lo de la coherencia, uno no puede tratar de representar algo en el aula cuando no lo es afuera, o tratar de enseñar algo que no vive, eso es lo desafiante de la docencia y de lo que implica ser profesor, porque cuando esto no ocurre se nota mucho, se ve en el entorno, porque hay personas que saben demasiado y tienen un conocimiento vasto pero cuando tratan de llevarlo a otros se quedan a medias por muchas situaciones y por eso para mí la coherencia es una cualidad que termina siendo un desafío, en mi casa, en mi matrimonio, en mi trabajo.
PERIODISTA: Y si hablamos de desafíos y de coherencia, ¿Cuál es el mayor desafío que usted hoy enfrenta en la facultad? porque estamos hablando de unos estudiantes que están en paro, pero también hablamos de una alternancia, pero también hablamos de una facultad que, sin duda, necesita tanto el contacto físico.
ENRIQUE ARIAS: Para mí un desafío enorme es tratar de representar esas nuevas realidades, la universidad como contexto significa un espacio de esperanza, para muchos estudiantes para los que su casa no es el mejor escenario y donde no tienen las mejores condiciones, entonces cuando van a la universidad esa realidad comienza a verse diferente. Lastimosamente al estar en la virtualidad y estos ambientes, esto empieza ser más difícil de ver, entonces representar la universidad no solamente por el edificio, por el salón, por la infraestructura, sino a través de estos medios virtuales, es un desafío que conlleva a nuevas pedagogías y a nuevas didácticas, a nuevas formas de ser docente y de hacer universidad.
Lo que he entendido en estos años de gestión y que son una base para los que comienzo, es que antes la prioridad era buscar nuevos espacios para los estudiantes, pero ahora que ya tenemos los espacios no se están utilizando y hay que seguir enseñando, motivando, empoderando a los estudiantes, entonces el desafío es que la universidad trascienda lo físico.
PERIODISTA: Y para terminar, ¿cuál cree que es el mayor desafío que tienen hoy los estudiantes y los egresados de los diferentes programas de la facultad y qué consejo le daría a estas personas frente a los desafíos que enfrentan en esta nueva realidad?
ENRIQUE ARIAS: Un desafío enorme que tienen los estudiantes es la adaptabilidad a las nuevas realidades, porque cuando uno se acostumbra a una sola realidad, tener nuevas realidades es muy difícil. Esto lo he visto en egresados que cuando se enfrentan al panorama laboral les cuesta estar en ciertas realidades, entonces es importante ser capaces de adaptarse, esa adaptabilidad se vuelve una competencia y este momento es el vivo ejemplo de cómo los docentes necesitaron reinventarse. Si antes no sentábamos a hablar, eso ya no es lo más efectivo, o escribir en el tablero, o usar un PowerPoint, todas esas estrategias tuvieron que irse adaptando. Entonces los estudiantes y egresados tienen el desafío de ser capaces de descubrirse a ellos mismos y seguir moviéndose hasta lograr adaptarse para poder enfrentar cualquier escenario. Nosotros como universidad debemos ser capaces de preparar a los estudiantes para cualquier escenario, pero ellos deben ser capaces también de asumirlo.