Luz Stella Ramírez asumió el cargo con la intención de conseguir una reforma curricular que se refleje verdaderamente en las aulas de clase.
La nueva decana de la facultad de Tecnología de la Universidad Tecnológica de Pereira es una mujer muy familiar, una mujer de fe y una convencida de la importancia del ser humano por encima de la ciencia, pero sin dejar a un lado lo fundamental que es formar profesionales con una alta calidad académica.
Hablamos de sus retos, sus sentimientos y sus sueños.
PERIODISTA: ¿Cuáles son los primeros retos de este trabajo que inicia?
LUZ STELLA RAMÍREZ: En la facultad hay muchos retos, pero el primero es reconocernos para articularnos porque somos una de las facultades con mayor interdisciplinariedad de la Universidad. Pero además de eso una de las acciones más importantes es la de la reforma curricular de cada uno de los programas de la facultad, pero una renovación curricular que realmente haga transformación, no para que esté en unos documentos, si no para que logremos nosotros impactar las aulas de clase, porque no tiene sentido que institucionalmente tengamos muy buenos documentos orientadores, referentes nacionales e internacionales que nos permitan a nosotros mirar cómo debe ser la educación superior en el siglo XXI, si realmente en las prácticas educativas, en las aulas de clase, no hacemos esas transformaciones.
Entonces digamos que el primer gran reto que tengo es eso, lograr que todos esos procesos de renovación curricular, lleguen a las aulas de clase, y que logremos entregarle a la sociedad los ciudadanos que requiere, que necesita el mundo actual. Y el segundo gran reto es que quiero empezar a consolidar unos macro proyectos de investigación, básicamente con un horizonte de la agenda 20 – 30, considerando los objetivos de desarrollo sostenible, donde estoy segura de que cada uno de los programas de la facultad podemos unirnos alrededor de un objetivo común.
Obviamente hay otras miradas, pues tenemos una facultad de Tecnología que tiene que empezar a ofrecer programas de especialización tecnológica para darles a los tecnólogos la posibilidad de cualificarse y tener mejores competencias que les permitan desenvolverse en una sociedad en constante cambio.
PERIODISTA: Lo cual es muy importante, teniendo en cuenta que esa educación especializada termina siendo un valor agregado para la universidad y para la facultad. En ese sentido hablemos de lo que usted como ser humano, como Luz Stella, cree que tiene que ser importante en una serie de programas en los que ha sido relevante el tema tecnológico y técnico, pero que no deja a un lado los valores y al ser humano.
LUZ STELLA RAMÍREZ: Si, yo creo que es un llamado incluso desde la Unesco y de todos los estamentos internacionales, pues si bien es cierto que el hacer y el saber son muy importantes y en el campo tecnológico son fundamentales, no podemos desconocer la importancia del ser, esto nos lo plantea nuestro proyecto educativo institucional y el documento de orientaciones para la renovación curricular: que debemos empezar por el ser.
Tenemos que recuperar la dimensión humana, porque nada nos ganamos con tener excelentes profesionales si desde la parte de valores no estamos bien consolidados. Yo creo que el mundo ha fallado un poquitico al priorizar lo científico/tecnológico por encima de lo humano y la pandemia nos está enseñando que tenemos que volver atrás, recuperar primero lo humano, lo familiar, los valores, la solidaridad, el trabajo en equipo, antes que lo científico.
PERIODISTA: Y usted porque siente esa necesidad de que sea así, me gustaría que me hable mucho más de su formación y de cómo le va a garantizar a la Facultad justamente esa mirada humana.
LUZ STELLA RAMÍREZ: Bueno, con el trasegar de tantos años en la educación y en la investigación, he empezado a verlo con esa perspectiva. Si yo miro hacia atrás, a mis primeros momentos profesionales, siempre privilegié lo académico y lo científico porque soy una mujer académica, tengo formación en biología y química, una maestría en microbiología, un doctorado en bioquímica y entonces siempre estuve muy hacia las ciencias naturales y toda mi formación fue muy enmarcada en eso, pero yo creo que el haberme acercado a la parte de educación desde hace tres años que básicamente empecé a fundamentarme y a leer sobre educación universitaria, sobre educación superior y principalmente a hacer un cambio en mis clases, en la práctica educativa, a ver a los estudiantes ya desde la perspectiva de personas, de seres humanos, a trabajar una serie de valores, y realmente mis asignaturas y mis prácticas académicas cambiaron.
Yo empecé A ver esa sensibilidad en los estudiantes, esos encuentros más empáticos entre ellos mismos y conmigo y realmente entendí y sentí que es mucho más fácil que el estudiante logre los aprendizajes significativos cuando se le mira desde la dimensión del ser, porque consigues establecer un vínculo más afectivo y las emociones tienen que hacer parte importante de los procesos de enseñanza/aprendizaje.
Entonces yo creo que la experiencia, la madurez y la pandemia me han llevado a reflexionar sobre la importancia del ser humano por encima de la ciencia. Obviamente la ciencia es muy importante y nosotros tenemos que seguir formando profesionales con alta calidad académica, pero por encima de eso, sigo pensando, que es más importante la calidad humana.
PERIODISTA: Justamente, la sociedad tiene una expectativa importante de encontrar en los graduandos de los diferentes programas de la facultad, una contribución al avance tecnológico y a la actividad productiva que se tiene en la ciudad, una contribución también a la investigación, lo cual es muy importante y no interfiere en esa proyección humana y social.
LUZ STELLA RAMÍREZ: Correcto, se espera de todos los profesionales que nosotros graduemos, no sólo en la facultad sino en toda la universidad, que tengan un nivel de competencia suficientemente alto, con criterios científicos. Yo en la parte científica creo que, en general, la universidad tiene un ‘pool’ de profesores bastante bien formados desde lo académico pues se está haciendo un trabajo muy fuerte desde la Vicerrectoría Académica para lograr que los docentes incorporen prácticas pedagógicas que permitan realmente hacer las transformaciones en las prácticas educativas, pero por supuesto la parte científica y tecnológica no puede desmerecer, porque somos una universidad acreditada, pero también porque la sociedad reconoce en la universidad la calidad académica y tenemos que continuar en ese camino.
PERIODISTA: Para terminar, ¿hábleme un poco de usted, con quien vive, con quien comparte sus días y sus noches, cuáles son sus hobbies, que le gusta hacer?
LUZ STELLA RAMÍREZ: Soy una persona muy familiar, tengo la bendición de tener una familia súper bien estructurada, tengo un papá y una mamá que ya son ancianos, yo les llamo mis viejos, pero los tengo todavía conmigo. De mi papá he aprendido la gratitud y la fe, soy una mujer que cree hartísimo en Dios, en el poder de Dios, en la importancia de que le pongamos amor y pasión a todo lo que hagamos.
Vivo con mi hijo y pienso que la vida me permitió conocer el amor incondicional a través de mi vivencia con él, disfruto mucho ver cómo aprende, como incorpora nuevos aprendizajes a su vida.
Me encanta leer en mis tiempos libres, bailo, generalmente sola, y me encanta viajar. Para mí viajar es un aprendizaje, viajar me permite transportarme, conocer culturas, degustar diferentes alimentos, entonces pienso que no se puede uno perder el placer de viajar y conocer nuevos espacios.
Yo les digo mucho a mis estudiantes, porque en lo personal lo hice, puse mucho mi trabajo por encima de otras cosas. De hecho los primeros seis años de mi hijo, que yo estaba paralelamente en la dirección de la Escuela de Química, interpuse prioritariamente mi trabajo y con el tiempo he aprendido que la familia es lo más importante, reconocer a la familia, decir permanentemente te amo, te quiero, y eso se los comento mucho a mis estudiantes, porque en esta carrera en la que estamos en el mundo, en esa de ser el mejor, de adquirir muchas destrezas, habilidades y competencias, se nos olvida dar gracias por la familia que tenemos, porque son ellos los que nos apoyan.
Yo siempre he dicho que soy lo que soy hoy en día por el trabajo, el compromiso y el amor que pusieron mis padres en mi.