A continuación se comparte escrito enviado por el docente UTP John Harold Giraldo H. referente a la Cátedra de Drogas en la Sociedad.
En la universidad, desde lo académico, se cuenta con una asignatura de libre selección para los estudiantes de todas las carreras, en la que se estudian las drogas como un fenómeno social. Dado que es un hecho creciente, que desafía a todas las instituciones, al tiempo se han incubado mitos, exclusiones y prejuicios, de cierto modo, han generado tabúes e información inoportuna con la que antes de contrarrestar, se fomenta su uso o abuso, se hizo necesario posibilitar una cátedra interactiva sobre las drogas.
Desde la facultad de Ciencias de la educación y el Observatorio de drogas cafetero, se gestó un currículo, que incluye una instancia pedagógica y educativa, en la que los estudiantes aprenden y desaprenden lo relacionado con los psicoactivos desde usos ancestrales hasta estos tiempos, también que el ser humano posee de manera endógena sustancias que alteran la conciencia o generan activación de sentidos.
La docente Maribel Restrepo, quien además coordina el Observatorio, es quien ha ideado la cátedra, aprobada en la facultad de Ciencias de la educación y que, desde el programa de Licenciatura en comunicación e informática educativas, se ofrece para toda la comunidad, con el objetivo de propiciar la reflexión y la investigación con enfoques para el fortalecimiento de la autonomía desde la capacidad crítica. En Pereira, por ejemplo, se tienen los consumos más altos del país en sustancias licitas e ilícitas como heroína y marihuana, de la mano, del alcohol y las estrategias realizadas por décadas no han arrojado ningún efecto relevante frente a la disminución o regulación del consumo. Colombia es ejemplo mundial del fracaso en contra de las drogas, así que es indispensable repensar lo que ha ocurrido y cómo encontrar salidas emergentes.
Además del uso, las sustancias y la oferta cada día se diversifican, llegando drogas de síntesis, mezclas y suplantadores que ponen en riesgo más alto la salud mental y física, el tema es complejo, amplio y de grandes debates que en principio hacen parte de un mercado global, a tal punto, que es uno de los negocios de mayor rentabilidad en el mundo, en el que participan multinacionales legales y mafias.
Clasificar las sustancias, entre legales e ilegales, aunque en últimas todas son iguales, desde sus usos o efectos, nos mueve a revisar las prácticas culturales que trascienden lo legal, en este sentido, y como efecto de las discusiones, aparece la Narcocultura como categoría de análisis que permea nuestra cultura cafetera y de qué manera podemos deconstruirlos.
Así la cátedra, apenas con un semestre de desenvolvimiento, aporta en los tres ejes políticos y de inclusión: la prevención, la mitigación y la capacidad de respuesta institucional. Por lo que, cuenta con espacios abiertos, como el que se desarrolló el 19 de febrero en las inmediaciones del Planetario, donde participaron los estudiantes (33) de la cátedra, exponiendo los análisis que hicieron de diversas temáticas, y en las que sin tapujos ni mitos se entregó información y se interactuó con los asistentes, entre los que se encontraban también estudiantes de colegios, padres, madres de familia y docentes. Entonces, se convierte en una cátedra que aporta a ese problema tan arraigado y masivo.
Espacios abiertos y de abordaje de las drogas se requieren de modo constante en la universidad. Ninguno de los actores puede desvincularse, en los salones y en los ambientes de aprendizaje, así como en las casas, en el trabajo y muchos más espacios, las sustancias psicoactivas, son de uso frecuente. Desde la cátedra, se espera seguir aportando, en la que juntos, con información y desde lo educativo, no haya gente consumidora sin enterarse de los dañinos efectos, y sin desarrollar alternativas, para que este flagelo continúe ganando terreno. La labor de la academia es asumir los desafíos con su fuerza principal: el conocimiento y la capacidad de investigar y dar respuestas a hechos que se gestan en la sociedad.