La Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Tecnológica de Pereira cierra el 2025 con un balance que, en palabras de su decano, Gerardo Tamayo Buitrago, refleja “un año de apuestas cumplidas, de crecimiento académico y de fortalecimiento del vínculo con la región y con nuestros estudiantes”.

El periodo estuvo marcado por el avance del Plan de Gestión 2024–2026, una hoja de ruta que orientó programas, proyectos y actividades alineados con el Plan de Desarrollo Institucional. Este esfuerzo se tradujo en una serie de iniciativas que consolidaron la presencia académica, investigativa y comunitaria de la facultad.

Entre las acciones más destacadas se encuentran la Semana de la Facultad “Raíces del Saber”, la Semana de la Educación Rural, las tradicionales 36 Horas Didácticas, las jornadas de gestión curricular, los encuentros de prácticas y las inducciones para estudiantes practicantes.

Estas actividades involucran a los seis programas de pregrado, los siete de maestría y los dos doctorados que hoy conforman la Facultad, reforzando la socialización de experiencias pedagógicas y el diálogo sobre la formación docente.

Fortalecimiento de redes y alianzas estratégicas

Uno de los propósitos centrales del decanato ha sido revitalizar la relación con egresados, propósito que tomó forma a través de los “Jueves del Egresado”, un espacio para mantener viva la conexión con quienes hoy representan a la facultad en distintos escenarios educativos.

El decano también destacó el impulsó las nuevas alianzas con el sector público, especialmente con los megacolegios que constituyen la Alianza SUEJE: Jaime Salazar Robledo, Hugo Ángel Jaramillo y Diego Maya Salazar. El impacto es evidente: más del 50% de los egresados de estos colegios ingresaron a la UTP en este periodo.

A esto se suma el trabajo articulado con la Escuela Normal Superior, y el fortalecimiento de la relación con empleadores, quienes continúan demandando talento formado en la Facultad.

El 2025 también fue el año en que la Facultad avanzó en su estrategia de Educación en Territorios, con la apertura de la primera cohorte en el resguardo indígena Dachi Drúa (Santa Cecilia, Pueblo Rico) y la habilitación de inscripciones en Mistrató, tras superar retos logísticos en articulación con el Ministerio de Educación.

Esta presencia reafirma el compromiso de la Facultad con la formación docente contextualizada y con poblaciones históricamente apartadas de la educación superior.

Investigación en ascenso y una extensión más robusta

La actividad investigativa continúa siendo un pilar. El decano celebró que la facultad ya cuenta con 16 grupos consolidados, y que en la última ventana de evaluación de Minciencias los resultados superaron las expectativas, reflejando madurez y rigor académico.

La extensión universitaria también vivió un impulso notable: 154 actividades durante el año, lideradas por profesores que llevaron conocimiento, capacitación y acompañamiento a comunidades y organizaciones externas. “Ya no es solo mostrar lo que hacemos, sino impactar realmente el contexto regional”, precisó el decano.

Mirada al 2026: desafíos y madurez institucional

La Facultad se prepara para un 2026 con nuevos retos académicos, administrativos y sociales. Sin embargo, el decano es optimista: “Somos una facultad madura, con historia y experiencia. Si seguimos trabajando juntos, orientados hacia objetivos que estén bajo acuerdos posibles, lograremos metas muy bonitas, aquí es donde los estudiantes, los docentes y colaboradores debemos estar en sintonía”.

Con este cierre, la Facultad de Ciencias de la Educación de la UTP reafirma su compromiso con la formación docente, el impacto regional, la investigación y el acompañamiento humano: un año que deja logros que representan la misión y visión de la Facultad, con una mirada objetiva a cumplir metas claras para continuar creciendo y creciendo.