La Facultad de Bellas Artes y Humanidades de la Universidad Tecnológica de Pereira cerró el 2025 consolidando un año marcado por la formación artística, el fortalecimiento académico y la proyección cultural en la región. Durante este año, la facultad continuó aportando al equilibrio humanístico de la institución, complementando los enfoques técnicos y tecnológicos de la UTP con espacios de reflexión, creatividad, sensibilidad y pensamiento. “Hacemos que la universidad tenga unas condiciones que trasciendan a la ciencia y generen otros espacios de pensamiento y sensibilidad para estudiantes, docentes y toda la comunidad”, expresó el decano Enrique Arias Castaño durante su balance.





El 2025 permitió afianzar procesos formativos y ampliar la participación en escenarios que fortalecen la presencia de la facultad dentro y fuera de la universidad. Los cuatro programas de pregrado, Licenciatura en Filosofía, Licenciatura en Música, Licenciatura en Artes Visuales y Licenciatura en Bilingüismo con Énfasis en Inglés, junto con el Departamento de Humanidades y los ocho programas de posgrado consolidaron propuestas académicas e interdisciplinarias que han venido trascendiendo sus campos disciplinares y que evolucionan en coherencia con las dinámicas culturales y educativas actuales.
En materia de bienestar y vida universitaria, la decanatura impulsó una descentralización de servicios mediante nuevos espacios como la zona de barras, un escenario para la práctica de calistenia que beneficia a estudiantes y a la comunidad universitaria. Este tipo de iniciativas responde a la visión integral que la facultad promueve alrededor del cuerpo, la expresión y la formación humana.
La participación activa en asociaciones nacionales también marcó el ritmo del año. La facultad hizo parte del Consejo Directivo de la Asociación Colombiana de Facultades de Humanidades y de Ciencias Sociales (ASOCOLFHCS), y fue sede de encuentros que reunieron a decanos de todo el país, como la asamblea de la Asociación Colombiana de Facultades y Programas de Artes (Acofartes). Estos espacios permitieron posicionar a la UTP en discusiones nacionales sobre educación artística, legislación cultural y políticas públicas, entre ellas los diálogos que aportaron a la construcción de la Ley Arte a la Escuela, recientemente promulgada.
La vida cultural dentro del campus se vio dinamizada por las tradicionales Noches de Gala, que en varios meses se realizaron incluso más de una vez, reuniendo expresiones musicales, teatrales y performativas de estudiantes, docentes, invitados y agrupaciones externas. Para el decano, estos encuentros son esenciales: “La Noche de Gala sigue consolidándose como un escenario cultural y una oportunidad para compartir el trabajo de la facultad y la universidad”, señaló. A ello se sumaron exposiciones en la sala de artes, conciertos, montajes y actividades que hicieron parte de la Semana de la Facultad.
El 2025 también dejó hitos en eventos de mayor escala, como el encuentro Fladem, de formación musical, que reunió en la UTP a participantes de diferentes países y que resaltó la capacidad de la facultad para acoger encuentros académicos y artísticos de relevancia nacional e internacional.
En el campo de la extensión, la Facultad de Bellas Artes y Humanidades mantuvo una oferta amplia de cursos, diplomados y programas de educación continua dirigidos tanto a la comunidad universitaria como a públicos externos. Entre ellos se destacaron procesos en pedagogía, didáctica, evaluación, fotografía, cerámica, maquillaje y otros talleres que fortalecen la formación humana y artística. Asimismo, los grupos de investigación y el Departamento de Humanidades lideraron acciones relacionadas con archivo histórico, memoria, paz y trabajo interdisciplinario con instituciones como la Comisión de la Verdad y la Jurisdicción Especial para la Paz, ampliando la presencia de la facultad en escenarios sociales y formativos que trascienden las aulas.
El decano resaltó que la Facultad Bellas Artes y Humanidades continúa siendo un espacio fundamental para la formación integral de todos los estudiantes de la UTP, pues cualquier programa puede vincularse a asignaturas de humanidades, arte, expresión y cultura que complementan la formación profesional. Para él, la facultad es un territorio vivo que requiere trabajo colectivo: “Somos una comunidad y debemos construir espacios donde todos podamos convivir. La conciencia social de habitar este territorio es fundamental”, afirmó.De cara al 2026, la facultad proyecta un año de consolidación académica y de apertura de nuevas ofertas formativas. Uno de los avances más significativos es el proceso de creación de un nuevo programa académico, ya muy adelantado en su ruta institucional. Este programa fortalecerá la profesionalización de artistas y gestores culturales de la región, en articulación con la Gobernación de Risaralda y las Secretarías de Cultura Departamental y Municipal. También se espera avanzar en convenios estratégicos, renovaciones curriculares y fortalecimiento de procesos internos asociados a acreditación y pertinencia de los programas.








