En la Institución Educativa Jaime Salazar Robledo, el acompañamiento del SUEJE se ha vuelto parte esencial del trabajo con los grados de preescolar. Desde el primer día del calendario académico, el proceso ha sido constante, cercano y pensado para que los niños y niñas vivan sus primeras experiencias escolares en ambientes más amables, más preparados y con verdadero sentido pedagógico.





Según explica Jairo Higuita Quiñones, coordinador académico, este apoyo se mueve en dos horizontes. El primero es pedagógico: “SUEJE pone toda su capacidad instalada a disposición, desde los practicantes hasta los profesionales en inglés y deportes”. También ha permitido que los niños conozcan laboratorios, talleres y semilleros que los acercan a la idea de universidad desde pequeños.
En el segundo horizonte, el fortalecimiento de las habilidades rectoras. Como explica Jairo, “siempre capacitando tanto a los docentes como a las directivas para tener las nuevas perspectivas y estar al día en políticas públicas de infancia, pero también en todo lo que compete al capítulo de Educación inicial”.
Por otro lado, el juego sigue siendo un elemento central del aprendizaje en preescolar. Jairo comenta que “el juego es el centro de la educación inicial”, complementado con la exploración del medio y la observación de los ambientes donde se desarrollan los niños y niñas. A esto se suman aportes como pantallas inteligentes, internet, televisores y espacios adecuados para una mayor experiencia de aprendizaje.
Durante el proceso se han desarrollado capacitaciones, talleres, encuentros pedagógicos, visitas guiadas y actividades con otras instituciones. A esto se suman apoyos materiales importantes como la adecuación de salones, material bibliográfico actualizado y una biblioteca en crecimiento.
El acompañamiento involucra a toda la comunidad educativa. Docentes, directivos y familias has sido parte activa del proceso. “Participantes en comités, encuentros comunitarios y espacios donde se toman decisiones conjuntas”, señala el coordinador. Las familias, además, mantienen comunicación constante mediante reuniones, vistas y actividades que fortalecen la confianza con la institución.
Entre las experiencias más significativas para el preescolar sobresalen los rincones de aprendizaje y el trabajo con Familiar, dos espacios que, según Jairo, “permiten que los niños ingresen al mundo escolar de manera más armónica, más situada y acorde a sus necesidades”. Aunque el proceso apenas completa un año, ya se observan avances: “más del 99% de los niños quieren continuar en primaria”, las familias hablan del colegio de manera positiva y la convivencia ha mejorado notablemente, generando un ambiente tranquilo para aprender.
Los docentes también han fortalecido sus prácticas. Además de su experiencia, actualmente participan en un diplomado en Uniminuto – Bogotá sobre didácticas basadas en juego, arte y exploración del medio, como explica Jairo Higuita, este proceso formativo es fundamental porque “es cada vez más significativo que todos los docentes comprendan que los niños de preescolar son nuestra base y nuestro semillero”.
Para la institución, este acompañamiento es vital, “la educación inicial es el inicio de un proceso que marca a los niños, a sus familias y al territorio”, afirma el Jairo. Uno de los grandes retos es que las comunidades comprendan que los niños no solo están siendo cuidados, sino que están recibiendo “educación, protección y experiencias que construyen los cimientos de su futuro” menciona Jairo.
Con un acompañamiento de SUEJE proyectado hasta el 2036, el IE Jaime Salazar Robledo se prepara para seguir fortaleciendo este primer momento educativo, donde cada experiencia empieza a dejar una huella que acompaña a los niños en todo su recorrido escolar.








