Por: Jose Felipe Herrera Styles

Activista por los animales


Juicio en un país extranjero

 

 

A continuación, fragmento del juicio en 1923 realizado a una irlandesa en Gales

 

(El siguiente relato puede herir susceptibilidades, se recomienda discreción)

 

“Señor juez.-Dice la acusada con desespero y terror - yo no llegué aquí por mi voluntad, en mi país natal me enviaron engañada, me embarcaron a la fuerza en un buque, yo qué más podía hacer, mis cuatro hijos, producto de violaciones, fueron reclutados a la fuerza para servirle a la armada, los encerraron meses en jaulas en las no se podían ni mover, tal vez para que resistieran torturas en caso de ser apresados por algún enemigo, hoy ya están muertos, ni siquiera tengo una tumba a la cual ir a visitarlos, solo sé que fueron destrozados uno por uno. Me obligaban trabajar para alimentar a esas “bestias” y perdone que use ese término, pero es que no sé cómo decirles, no paraban de comer, recuerdo que no vi la luz del sol durante largas temporadas, hoy estoy medio ciega, porque cuando podía salir de esa cocina oscura, la luz natural me lastimaba demasiado, el olor era insoportable, todo sucio, mi baño estaba en la misma cocina, no...(lágrimas) cuando ya no era capaz de trabajar más por la tristeza y el cansancio, esa gente, de batas blancas, me obligaba a tomar drogas para mantenerme activa, mis manos se inflamaban e infectaban, pero insistían con inyecciones y píldoras con tal de que no parara, no podía diferenciar entre día y noche, dormir era una utopía. Mire  este agujero en mi costado... la locura de esos hombres no tenía límite, pensaron que al alimentarme por la boca perdía tiempo, así que...(llanto) introducían por aquí el alimento que consideraban necesario... señor juez, puede entenderme, condenada a muerte por solo estar en este otro país, ¿qué he hecho?, yo también nací porque a mi madre la violaron, sé que estoy a un paso de la pena capital, voy a morir igual que mis hijos, ya no era útil para esos hombres y por eso me enviaron aquí”.

 

El juez, la ignoró desde el inicio y blandió sus sables  sobre el cuello de la acusada.

 

La anterior analogía expone la verdad a la que son sometidos millones de animales en granjas industriales (específicamente para este caso, las vacas), ese país en el que no hay lugar para entender y aceptar el lenguaje de aquellos que por condición cognitiva y anatómica no pueden hacer uso de los mismos símbolos lingüísticos que nosotros, más allá de ello, lo que realmente interfiere con aquel 'entendimiento' es la adjudicación de definiciones y criterios en los que se asume que el animal siente menos o no siente, a pesar de comunicar de varias maneras su dolor e inconformidad. El llanto, es un sonido distinguible entre especies diferentes, un mecanismo que permite a la madre identificar necesidades en su cría; los gemidos y llamados de alerta, como lenguaje universal no son sustancialmente diferentes, lo único que termina por diferenciarlo es aquella necesidad pedante de no hallar inmoralidad en nuestros actos, las masas histéricas de la autojustificación.

 

Por lo anterior y, haciendo alusión al día internacional de los animales, observando aquel fenómeno animalista, surge como de costumbre, cualquier tipo de ambigüedad en la actitud de las personas, tradición y cultura intervienen, pero no deja de ser por lo menos llamativo, ver marchas de personas a favor del respeto y derechos de los animales mientras en sus estómagos acaban de sepultar algún trozo de ellos, una tumba colectiva distribuida en una carnicería... espero con lo anterior, haber generado algún tipo de rechazo a mi discurso, solo para demostrar que el asunto de la histeria no es fácil de evitar, donde la primera etapa es quizá esa, adjetivar de alguna manera negativa lo que nos saca de balance moral.

 

“Realmente el hombre es el rey de las bestias, porque su brutalidad excede la de ellas. Vivimos de la muerte de otros, somos como cementerios andantes. Llegará el momento en que el hombre verá el asesinato de los animales como ahora ve el asesinato de los hombres”. –Leonardo da vinci.

 

Este mundo es un país más que extranjero, hostil con los animales, que creó para ellos una tumba colectiva y un sistema que los usa al límite de sus capacidades, la historia con la que inicio supone una metáfora sin la obsesión de antropomórfisar aquellos seres, tristemente real y negada, una metáfora que se  queda corta ante la amarga realidad de la guerra armada y las guerras ocultas bajo velos culturales, de a poco, la legislación de algunos países avanza a favor de su protección y eso no está mal, pero realmente la abolición de la esclavitud animal será lo que permita respetarles íntegramente, no somos sus iguales, tenemos grandes ventajas cognitivas, lo que hace extremadamente reprochable la actitud tiránica con que se les trata, para desagrado de quienes gustan de someterlos, la neurociencia dejó atrás con la declaración de Cambridge sobre la consciencia, la vieja excusa que se las quitaba.

 

SINOPSIS

Los conflicto bélicos dejan centenares de historias desgarradoras que hacen  parte de la cultura oral de muchas comunidades, algunas heroicas otras no tanto, decenas que no ven la luz pública al no representar lo que el humano quiere perpetuar de su historia, en realidad el horror de la guerra sigue presente en la cotidianidad de las personas, donde el bando opuesto depuso las armas antes de levantarlas porque simplemente no entiende esa lucha.