Por: Jose Felipe Herrera Styles

Activista por los animales


Con motivo del paro agrario, desde la perspectiva puramente moral del  veganismo se forma una ambigüedad difícil de explicar, en la que se confronta una reclamación justa al estado  y un sistema de producción que saca de la ecuación de bienestar a muchos.

Ví, con algo de impotencia como a manera de protesta vertían sobre una carretera cientos de litros de leche, alguien en casa dijo -En vez de regalarla, eso es para los niños- No pude evitar y comentar -No, es de los terneros, deberían regresársela- a lo replicaron- ¡he! Tan egoísta usted, no ve que hay muchos niños que mueren de hambre.

Esta forma de racionalizar el problema del ‘hambre’ está generalizada a raíz de la observación pasiva, de fondo el problema no es solo darle comida a quien no la tiene, si no observar  lo que  comemos como mero capricho y las consecuencias que tiene en el entorno, si tanto preocupa la seguridad alimentaria y el hambre en el mundo, el primer paso es aceptar que de esos  10 a 16 kilogramos de cereales que se emplean en producir un kilogramo de carne deberían estar destinados al consumo humano.  Llevando esa relación a la mínima diferencia, hacemos el siguiente calculo:  3Kgcarne = 30Kgcereal,  repartimos 100gr de cada uno, la carne alcanza para 30 personas y el cereal nada más que para 300 personas, así, ¿de qué tipo de seguridad alimentaria se está hablando?.

A mitad de este escrito me encontré con una columna, en la que el autor enuncia que en Colombia cada vaca en promedio produce 4.1 litros de leche al día en comparación con estados unidos donde llegan a 35,5  litros, a él le preocupa el TLC, y la situación del sector lechero en Colombia, pero eso no justifica que se encierre y exploté animal alguno como se hace en muchos lugares, es inconcebible que un animal este siendo literalmente exprimido por las ubres, sin ver la luz del sol durante semanas y separado del dueño natural del líquido, el ternero; he oído de esclavos de guerra, esclavos por raza, esclavización  por género, pero pocos hablan de la esclavitud por especie… los animales no son máquinas y no hay justificación para someterlos a números de tablas de eficacia en producción agropecuaria.

está claro que la protesta es justa, el conjunto de alimentos cultivados por los campesinos nos tienen aquí, ¿pero quién protesta por los miles de animales esclavizados y asesinados en las granjas?, no hay manera de que ellos decidan parar y no producir más hijos y leche para alimentar a otra especie, la vacas, los cerdos, los caballos, las gallinas, los chimpancés… no saldrán a la calle, a protestar frente al palacio presidencial pidiendo mejores condiciones de vida, el humano generalmente acostumbra a solo sumarse a causas que lo afecten directamente o que afecten a alguien muy cercano. En las redes sociales circula información, expresando  preocupación acerca de la seguridad alimentaria y he ahí contradicción moral, nadie propone algo así como un paro agrovegano que realmente podría tener como justificación la seguridad alimentaria, incluso organismos internacionales como la FAO que de raíz no promueven el veganismo, arrojan en sus investigaciones evidencia de que el sistema de producción alimentaria no es eficiente y por ende mucho menos equitativo, no desconozco la importancia de lo que ha sucedido con las manifestaciones, que mucha gente por fin diga "basta" es de cierto modo reconfortante, sobre todo si no hay violencia en medio, con todo eso me pregunto: ¿si difícilmente los humanos afectados logran ser escuchados y sus peticiones llevadas a buen término, que decir de aquellos que no comparten nuestros códigos de comunicación linguística? ¿Seguirán presos de esa   'violencia silenciosa'?, lo cierto es que a pesar de que el dolor tiene tinte de lenguaje universal, todos los días en los platos de la mayoría esta maquillada esa verdad, porque no hay mayor barrera a la superación de las conductas impuestas que la que imponen las masas histéricas de la autojustificación.