Opinión: Cuando el uso de la palabra “hasta” origina ambigüedad

 

Por: María Gladys Agudelo Gil 

magu@utp.edu.co

 

 

En los últimos tiempos  he notado que algunos enunciados con la palabra “hasta” se prestan para varias (y contrarias) interpretaciones.  Veamos:

Situación 1:

Contexto: Es lunes… Dos amigos quedaron de encontrarse esa misma semana para terminar un trabajo. Uno de ellos tiene inconvenientes y le escribe un correo a su colega; al principio le enumera otras actividades que está realizando esa semana y termina afirmando:

Enunciado: “[…] solo hasta la semana entrante podré dedicarme al trabajo que tenemos pendiente”.

Quien recibió este mensaje asintió con la cabeza y expresó satisfecho: “¡perfecto, porque estos ajustes no nos llevarán más que esta semana!”

Situación 2:

Contexto: Una mañana se encuentran dos compañeras de estudio, quienes habían quedado de reunirse ese mismo día por la tarde para estudiar inglés:

Enunciado: (diálogo después del saludo)

–     (A) Solo puedo estudiar inglés hasta las 5:00

–     (B)  Muy bien, eso quiere decir que me voy a ir tempranito para la casa.

–     (A) ¡No! No me hice entender. Antes de las 5:00 no puedo estudiar inglés.

Situación  3:

Contexto:

Al noticiero radial Todelar del Risaralda, con emisión de las 12:00m., el día 15 de abril de 2013 un ciudadano llamó a quejarse por el ruido que se produce en los bares y sitios nocturnos a la altura del parque la Rebeca  en la Circunvalar (municipio de Pereira). 

Enunciado:

“[…] no dejan dormir sino hasta que apagan”.

Al oyente le queda la impresión de que: solo dejan dormir hasta que apagan, como quien dice: la música los arrulla.

Comentario: En los enunciados que cité, el escucha está interpretando la palabra “hasta” con uno de los significados que aporta la RAE: “Denota el término de tiempo  […][1]; pero los hablantes realmente están usando otro: “no antes de” (RAE); acepción que, según esta fuente, es un adverbio de tiempo usado en América Central, Ecuador y México[2].

Veamos las siguientes construcciones aplicando ambos significados:

“Denota el término de tiempo” (RAE) 

Significado con el cual se interpretó

“no antes de” (RAE)

Significado con el cual lo usó el hablante, por lo tanto el enunciado quedaría así:

“[…] solo hasta la semana entrante podré dedicarme al trabajo que tenemos pendiente” 

“[…] solo no antes de la semana entrante podré dedicarme al trabajo que tenemos pendiente” 

“Solo puedo estudiar inglés hasta las 5:00”

“Solo puedo estudiar inglés no antes de las 5:00”

“[…] no dejan dormir sino hasta que apagan”

“[…] no dejan dormir sino no antes de que apagan”

Puede observarse que la palabra solo (adverbio de modo), en caso de necesitarse, encaja en la primera columna, pues enfatiza o ayuda a marcar el término de tiempo, según este significado.  En cambio en las construcciones de la segunda columna, esta palabra no encaja, pues el no antes de, ya está marcando categóricamente el límite de tiempo.  

En el último enunciado, la palabra sino se utiliza para contraponer dos ideas (primera columna) y enrarece la construcción gramatical con la repetición de la negación (segunda columna).

Según los enunciados presentados, el significado de la palabra “hasta” (equivalente a no antes de) quedaría claro en un acto comunicativo, siempre y cuando en el mismo se dé una previa (o posterior) explicación, como en las situaciones 1 y 3, y a la vez, que se evite el uso de otros términos como solo, sino y no, entre otros, porque distorsionan dicha equivalencia.

En todo caso, considero que hay expresiones que pueden usarse en lugar de “hasta”, si se está pensando en este significado  (no antes de).  Son estas: desde, a partir de, cuando, las cuales admiten estar acompañadas de la palabra solo y sino. Los enunciados quedarían así:

“[…] solo a partir de  la semana entrante podré dedicarme al trabajo que tenemos pendiente”.

“Solo puedo estudiar inglés desde las 5:00.

“[…] no dejan dormir sino cuando que apagan”

Esto evitará los malos entendidos y las construcciones agramaticales.

 



[1] En la vigésima segunda edición de su Diccionario de la lengua española (2001)

[2] Dentro de poco, seguramente, la RAE agregará aquí el nombre de nuestro país.